Johnson & Johnson ha anunciado este jueves nuevos resultados preliminares del estudio sudafricano de fase 3b ‘Sisonke’, que ha demostrado que una inyección de refuerzo de la vacuna de Janssen contra la COVID-19 (Ad26.COV2.S) tiene una eficacia del 85 por ciento contra la hospitalización relacionada con la COVID-19.
El estudio, realizado por el Consejo Sudafricano de Investigación Médica (SAMRC, por sus siglas en inglés), demostró que el refuerzo de Janssen redujo el riesgo de hospitalización por COVID-19 entre los trabajadores sanitarios de Sudáfrica después de que ómicron se convirtiera en la variante dominante.
Durante los meses estudiados (de mediados de noviembre a mediados de diciembre), la frecuencia de ómicron aumentó del 82 al 98 por ciento de los casos de COVID-19 en Sudáfrica.
Un segundo análisis independiente de la respuesta inmunitaria a diferentes regímenes de vacunación, realizado por el Centro Médico Beth Israel Deaconess, demostró que una dosis de la vacuna de Janssen en personas que inicialmente recibieron la vacuna de Pfizer generó un aumento de 41 veces en las respuestas de anticuerpos neutralizantes y un aumento de 5 veces en las células T CD8+ frente a ómicron a las cuatro semanas del refuerzo.
En comparación, la dosis de refuerzo de Pfizer generó un aumento de 17 veces en los anticuerpos neutralizantes y un aumento de 1,4 veces en las células T CD8+ a las cuatro semanas después del refuerzo. Tanto los anticuerpos neutralizantes como las células T CD8+ fueron mayores cuatro semanas después del refuerzo con la vacuna de Janssen que con la vacuna de Pfizer.
El aumento de las células T CD8+ generado por la vacuna de Janssen puede ser la clave para explicar los altos niveles de eficacia contra la enfermedad COVID-19 grave y la hospitalización en el estudio ‘Sisonke’, ya que se ha demostrado que la variante ómicron escapa a los anticuerpos neutralizantes.
«Los datos del estudio ‘Sisonke’ confirman que la vacuna de refuerzo de Janssen proporciona un 85 por ciento de eficacia contra la hospitalización en las zonas en las que domina ómicron. Esto se suma a nuestro creciente conjunto de pruebas que demuestran que la eficacia de la vacuna sigue siendo fuerte y estable a lo largo del tiempo, incluso contra las variantes circulantes como ómicron y Delta. Creemos que la protección podría deberse a las sólidas respuestas de las células T inducidas por nuestra vacuna. Además, estos datos sugieren que ómicron no afecta a las respuestas de las células T generadas por nuestra vacuna», ha comentado el jefe global, Janssen Research & Development, LLC, Johnson & Johnson, Mathai Mammen.
Los datos han sido enviados al servidor de preimpresión medRxiv por los autores de los estudios, en previsión de su publicación en revistas revisadas por otros científicos.