El Papa ha abrazado y bendecido al pequeño afgano Amir Ali, de un año y medio, que llegó a Italia con su familia para recibir atención médica el pasado 20 de diciembre proveniente del campo de refugiados de Mitilene, en la isla de Lebos, donde viven 3.000 migrantes, y que actualmente constituye el mayor campo de refugiados de Europa.
Francisco visitó en su viaje a Chipre y Grecia del 2 al 6 de diciembre este lugar en la isla griega, puerta de entrada a Europa para muchas familias de refugiados que cruzan el mar desde Turquía, y se interesó por la salud del pequeño. Amir fue alojado en este campo con su familia después de que el asentamiento al que llegaron tras huir de Afganistán hace tres, el llamado campo de Moría, sufriera un incendio en septiembre del 2020. El Papa también había visitado ese asentamiento en 2016 durante su viaje a Lesbos.
Gracias a un acuerdo de corredores humanitarios firmado con las autoridades de ese país y la mediación de la Santa Sede, Amir será operado de inmediato de una malformación en el paladar en el hospital pediátrico Bambin Gesú de Roma, tal y como informa el diario oficial del Vaticano L’Osservatore Romano.
El Papa ha intercambiado algunas palabras con su familia que le ha mostrado fotografías de las personas con las que han malvivido en condiciones precarias en tiendas de lona improvisadas en el campo de Mitlene.
«Tres años», repetía Zahra al hablar con el Papa. Ahora viven en un apartamento en Roma y han comenzado un programa de inserción gracias a la ayuda de la Comunidad de San Egidio para aprender italiano. El Papa los ha saludado diciéndoles: «bienvenidos».