De un tiempo a esta parte, todos venimos escuchando el calificativo de “España vaciada” para referirnos al problema que venía surgiendo por el éxodo de la población rural a las grandes ciudades o capitales de provincia, principalmente por la mayor opción de oportunidades laborales respecto a los pequeños pueblos.
Localidades de provincias como Teruel, Zamora, Cuenca, Soria o Palencia, veían que la amenaza del envejecimiento de su población y por consiguiente su futura desaparición asomaba cada vez más cerca.
Pero esta amenaza se ha visto contrarrestada por un nuevo movimiento digital que ha venido acompañada del cambio de mentalidad surgida cada vez más entre la gente joven.
Sin duda, el nuevo paradigma que ha planteado la aparición del Covid-19 respecto al terreno laboral, ha hecho que tanto empresas como trabajadores hayan tenido que plantear el teletrabajo, ya sea total o parcial, como un método que ha venido para quedarse.
A causa de ese aumento del teletrabajo, el personal ha tenido que adaptar una zona de su vivienda para el desarrollo de sus funciones incluyendo nuevos dispositivos y necesidades.
Un ejemplo claro en este aspecto lo tenemos en la compra de cartuchos de tinta y tóner. Se trata de unos de los consumibles que todos en mayor o menor medida siempre necesitamos ya sea para nuestras impresoras del hogar o para nuestros puestos laborales y que en muchas de las pequeñas zonas rurales de las que anteriormente hablábamos no disponen de tiendas físicas a las que acudir para adquirirlos.
Esto ha producido que el incremento de la venta online de este tipo de consumible haya experimentado un crecimiento muy considerable y que cada día vaya aumentando más.
Este cambio de mentalidad ha hecho que muchas personas hayan decidido emprender sus propios negocios digitales ya que permiten arrancarlos con unos costes mucho más reducidos y con medios al alcance de todos.
En añadido a esta circunstancia, aparece ese cambio de mentalidad que anteriormente tenía la gente joven de vivir en la ciudad y que ahora, incentivado por los altos costes de vida y el estrés de ritmo frenético, se ha visto revertido para volver a zonas más alejadas del mundanal ruido y con más calidad de vida.
Normalmente, la oferta de productos y servicios en las zonas rurales siempre ha sido claramente menor que la de las grandes urbes, obligando a los vecinos de estas zonas a desplazarse a ciudades cercanas para realizar sus compras. Algo que han logrado solucionar las plataformas y negocios virtuales.
Cada vez podemos ver más anuncios en medios digitales y redes sociales animando a transformarse en nómada digital y poder unir trabajo propio con calidad de vida en el lugar que queramos.
Vivimos en la era de tecnología y de la inmediatez a la hora de adquirir cualquier producto o información, lo que ha creado también una gran competencia de precios, ya que los e-commerce tienen la ventaja de ahorrar en costes de locales, almacenes y suministros en comparación a las tiendas físicas.
Todo el éxito de la venta online se asienta, aparte de unos precios sin competencia respecto a comercios físicos y de la calidad de los productos, a la confianza que aporta la posibilidad de leer comentarios y opiniones de otros consumidores acerca del producto que queremos comprar. También aporta su granito de arena la mayor seguridad en los pagos con tarjeta y la rapidez de entrega de los pedidos, pudiendo tener el producto adquirido en 24/48 horas.
Por lo tanto, está claro que el futuro del comercio electrónico avanza rápido e implacable. Los comerciantes de toda la vida de los pueblos pequeños antes barrían los escalones de sus pequeñas tiendas todas las mañanas, limpiando sus locales para que la clientela encontrara todo en orden y sus productos lucieran lo mejor posible.
En esta nueva era, el comerciante pasa más tiempo frente a su ordenador, cambiando los gráficos de su sitio web, creando imágenes más atractivas de sus productos y contestando emails de dudas surgidas por sus clientes.
Las cifras son claras al respecto, ya que según datos recogidos durante todo el pasado 2020, el comercio electrónico tuvo un aumento del 36% en España, siendo el tercer país con más incremento.
Aparte del sector tecnológico, sectores como la moda y la alimentación fueron de los que más facturaron mediante los ecommerce durante el 2020.
A poco de concluir el presente año, los datos se preveen aún mejores, por lo que podemos deducir que efectivamente la pandemia nos trajo un nuevo concepto de compra y de emprendimiento que va a suponer la salvación de muchas zonas que hace unos años se veían abocadas a un envejecimiento poblacional severo.
Por lo tanto, todo ese movimiento también supondrá un beneficio en la sobresaturación que estaban experimentado las ciudades, rebajando los niveles de contaminación, mejorando los problemas de tráfico e incluso causando un beneficio en la salud al mejorar los niveles de estrés que producen el encorsetamiento de un horario fijo de oficina y las prisas.