Luego de la llegada de Joan Laporta como presidente del FC Barcelona había un asunto pendiente que no pudo resolver: Ronald Koeman. El entrenador blaugrana era una de las apuestas que había hecho Josep Maria Bartomeu antes de marcharse voluntariamente del conjunto azulgrana; esto debido a la mala gestión que había hecho y como estaba condenando al club a una crisis, tanto económica, institucional y deportiva, que podía extenderse mucho más de no irse pronto. Pese a que sigue diciendo que siempre hizo lo correcto, lo cierto es que Bartomeu cometió muchos errores y el nombramiento del neerlandés pudo ser uno de ellos; sin embargo, el nuevo mandatario no pudo quitárselo de encima.
Pese a ser una herencia que no quería, lo cierto es que Laporta tuvo que tragar y aguantar a Koeman lo que quedó de la temporada pasada; pero en verano trató por todos los medios de quitárselo de encima. Incluso se le llego a comunicar al neerlandés que no se podía hablar de su continuidad, pues se le estaba buscando sustituto. No obstante, al no tener mejores opciones y al no haber nadie que aceptara el reto, Koeman permaneció en el cargo e inició este curso 2021-2022; la cuestión es que esa falta de fe pareció manifestarse en los resultados y al final acabó siendo destituido y con el asunto de su finiquito siendo un problema para el club. Aunque esto último puede que ya se haya solucionado, al menos para el neerlandés.
1La dinámica negativa condenó a Koeman
Todo el problema ya venía desde antes de comenzar la temporada, pues Laporta no quería a Koeman como su entrenador; pero ante la falta de mejores opciones decidió conservarlo. Con la espinita ahí clavada, el neerlandés empezó su segunda temporada a mando del club y con una dinámica muy distinta a la anterior. Pese a tener una plantilla más a su medida, con fichajes que pidió él y con el grupo ya más trabajado, sus resultados fueron más y más negativos. Sin contar con que eso hizo que los ánimos se fueran por los suelos.