Estamos tan acostumbrados a abrir cualquier grifo y que mane agua que podemos beber sin ningún problema, que nunca valoramos la complejidad del proceso que permite que eso sea posible.
Y es que el agua no solo es un bien escaso, sino que también puede ser un peligro cuando no es potable: solo un laboratorio análisis agua puede certificar que el agua de un depósito o pozo es efectivamente potable: no basta con que el agua que vamos a beber presente un aspecto límpido y cristalino.
Características y cualidades del agua potable según la OMS
La definición de agua potable es muy simple: el agua potable es aquella que los seres humanos pueden beber sin riesgos para su salud.
Sin embargo, a la Organización Mundial de la Salud no le basta con eso. En consecuencia, ha establecido una serie de cualidades ideales que debe reunir el agua potable.
Veamos cuáles son:
- Debe estar libre de agentes infecciosos: tanto su consumo como su uso en la producción de otros alimentos no puede conllevar ningún riesgo de contagiarse con virus, bacterias u hongos.
- Debe ser incolora y transparente, aunque en ocasiones pueda parecer que está blanquecina o traslúcida al salir del grifo debido a la presión de las conducciones.
- Debe ser inodora: la única excepción es un ligerísimo aroma a cloro.
- Debe ser insípida: como en el caso anterior, se permite un leve sabor a cloro.
- No debe tener contaminantes orgánicos, inorgánicos ni radiactivos.
- Las sales disueltas en el agua potable no pueden superar unos márgenes preestablecidos.
Cómo se potabiliza el agua
No todas las plantas potabilizadoras funcionan igual, ya que los procedimientos de potabilización varían en función de diversos parámetros, como puedan ser la procedencia del agua, las condiciones del depósito, las conducciones e incluso el clima.
No obstante, estos son los pasos habituales que se siguen en los procesos de potabilización:
Coagulación y floculación
Se elimina la suciedad y las partículas más gruesas que están suspendidas en el agua. Para ello, se añaden ciertos productos al agua, denominados flocs, que atraen las partículas de suciedad.
Sedimentación
El peso combinado de la suciedad y de los flocs añadidos provoca que se vayan hundiendo hasta alcanzar el fondo del depósito de tratamiento.
Cuando todas las partículas sucias y pesadas se han depositado en el fondo, el agua más limpia de las capas superiores pasa a ser filtrada.
Filtración
Los procesos de filtrado son múltiples y escalonados: hasta las partículas más pequeñas quedan retenidas en el proceso de filtrado.
Desinfección
Una vez el agua está completamente filtrada y limpia, se añaden los desinfectantes necesarios para acabar con cualquier microorganismo nocivo. Los más utilizados son los derivados del cloro.
Almacenamiento
El agua ya potabilizada se deposita en grandes tanques o depósitos, desde los que el agua fluye por las tuberías hasta los domicilios de los consumidores finales.
La importancia de los controles de verificación
Finalizado el proceso de potabilización, un laboratorio de análisis de agua debe tomar muestras del agua procesada que está en los depósitos, preferentemente a diario.
De esta forma se verifica que se cumplen los requisitos para que el agua potabilizada pueda ser consumida por las personas con todas las garantías para su salud.