Lo habitual es que los niños nazcan espontáneamente y en posición cefálica, es decir, primero con la cabeza, entre la semana 37 y 42 de gestación, y que posteriormente tanto madre como hijo se encuentren en correctas condiciones. No obstante, en un porcentaje que ronda el 5%, algunos bebés vienen de nalgas, siendo un parto del que se pueden derivar muchísimas complicaciones.
Es por ello por lo que en las últimas décadas muchos profesionales han optado directamente por la realización de cesáreas, olvidándose de los partos vaginales de nalgas, a pesar de las complicaciones que igualmente pueden derivarse de esta intervención quirúrgica. Según remarca la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), “la presentación de nalgas es el tercer motivo más común para la indicación de cesárea, y en la mayoría de hospitales, actualmente, los fetos de nalgas son paridos por cesárea”.
Según asegura el doctor Carlos Piñel Pérez, especialista de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José (Madrid), esto, por otro lado, ha motivado el que muchos expertos hayan buscado alternativas que favorezcan la versión cefálica de los fetos a término y en consecuencia favorecer su parto normal por vía vaginal; desterrándose así todas las complicaciones, tanto de un parto vaginal de nalgas, como de una cesárea.
“Una de estas alternativas la protagoniza la Versión Cefálica Externa o VCE, hoy en día el único método que cuenta con respaldo científico, a la hora de lograr la versión cefálica de los bebés en las presentaciones de nalgas. Es una técnica segura y eficaz, que logra recolocar de cabeza al bebé que viene de nalgas (presentación podálica) o en postura transversal (atravesados en el vientre materno, con la cabeza y las piernas en cada lado del abdomen), una forma en la que los bebés no pueden nacer”, apunta el experto.
De hecho, recuerda que se trata de una maniobra recomendada por las principales sociedades científicas ginecológicas de nuestro entorno, como la SEGO, el Royal College of Obstetrician and Gynaecologist (RCOG) de Reino Unido y el American College of Obstetrician and Gynaecologist (ACOG) de Estados Unidos.
Eso sí, estas instituciones recomiendan su empleo siempre que se realice en un hospital donde se puedan tomar las médidas obstétricas necesarias en caso de surgir una complicación, o bien si su personal está entrenado, según precisa el doctor Piñel.
“La técnica de la VCE es una maniobra que realiza el obstetra a través del abdomen de la mujer, con el objetivo de hacer dar la vuelta al feto que está de nalgas y dejarlo en presentación cefálica (cabeza)”, prosigue el especialista de Quirónsalud San José, señalando que en su realización participan, al menos un obstetra entrenado en la técnica, con la colaboración de otro profesional familiarizado con la misma.
Inconvenientes de los partos de nalgas y de las cesáreas
Según explica, el parto de nalgas, aunque se puede hacer y es viable, dice que siempre es más complicado y puede presentar más complicaciones que un parto en cefálica. “La versión cefálica externa persigue colocar a los niños de cabeza para poder tener un parto en cefálica sin necesidad del parto de nalgas, que es más arriesgado, así como evitar la cesárea, mucho más invasiva”, explica este experto.
De hecho, destaca que se trata de una técnica con la que se reducen de manera “muy significativa” las tasas de cesáreas. Según subraya el doctor Piñel Pérez, hoy en día no se hacen los partos de nalgas por los riesgos que se le achacan clásicamente. “No se debería abogar en las presentaciones podálicas por una cesárea cuando la VCE ha demostrado ser la mejor para estas pacientes porque se puede colocar al niño de cabeza y optar a un parto vaginal”, agrega.
Defiende en este sentido que la versión cefálica externa es una técnica “eficaz”, que aunque no sale en el 100% de las pacientes, sí cuenta con una eficacia en torno al 60% a nivel mundial, mientras que del 70% en el Hospital Quirónsalud San José.
Sobre si es segura, el especialista en Ginecología y Obstetricia afirma que lo es tanto para la madre como para el feto: “La tasa de complicaciones es bajísima, cercana al 0, mientras que la de complicaciones graves es ínfima, se sitúa en 2 por cada 10.000 procedimientos”.
A partir de la semana 37 de gestación
Se realiza en el quirófano porque las complicaciones más graves, que son “muy raras”, implican una cesárea inmediata, quedando así solucionado el problema, según detalla. En concreto, la VCE se realiza cuando el bebé está a termino, en la semana 37, un momento en el que es pequeño para poderle dar la vuelta, pero los suficientemente maduro para que si tiene que nacer no tenga ninguna complicación por tener que nacer de manera prematura.
A la hora de realizarla, recuerda que es necesario contar con el consentimiento por escrito de la paciente, para el que previamente se el explica en qué consiste la VCE, cuál es el procedimiento, así como los riesgos, beneficios y alternativas con las que cuenta el equipo obstétrico encargado de la maniobra. Asimismo, es imprescindible el bienestar fetal comprobado y una ausencia de contracciones.
Dice el doctor Piñel que puede ser una técnica algo molesta para la madre, aunque su duración es muy breve y en general es bien tolerada. Generalmente la VCE es efectiva en un primer y único intento, según prosigue, aunque pueden programarse días después nuevos intentos.
En algunas ocasiones puede ser necesario el control ecográfico durante la misma, y realizada la versión cefálica externa se debe controlar el estado del feto y de la madre mediante un registro cardiotocográfico durante al menos una hora. Posteriormente, y en ausencia de complicaciones, la gestante es dada de alta, a la espera de su parto natural y con el bebé en posición cefálica.
Este doctor lamenta que un estudio realizado por el Servicio de Ginecología del Hospital Quirónsalud San José destacaba que se trata de una técnica poco conocida entre las mujeres, y que la mayor parte la conocen por conocidos o a través de las redes sociales, a pesar de que “debería ser la primera opción cuando el bebé viene de nalgas”.