Aznar: «Nuestra democracia atraviesa una crisis de confianza por la reputación de mentira que mancilla la vida política»

El expresidente del Gobierno José María Azar ha asegurado este miércoles que el régimen democrático «es el que más padece cuando se abusa de la mentira» y ha sentenciado que la democracia española «atraviesa una crisis de confianza por la reputación de mentira que mancilla la vida política».

Aznar ha lanzado esta reflexión en el Senado durante la presentación del libro ‘Julián Marías, la concordia sin acuerdo’ publicado por FAES. En el acto han participado además el músico e hijo del pensador, Álvaro Marías, el director de FAES, Javier Zarzalejos, y el autor de la obra, Ernesto Baltar. Han asistido el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, la portavoz adjunta del Grupo Popular en el Senado, Salomé Pradas, y el senador Carlos Floriano, entre otros.

Aznar ha declinado pronunciarse sobre la guerra interna por el control del PP de Madrid que enfrenta a la dirección nacional del PP y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, a pesar de que los periodistas le han abordado tanto a la entrada como a la salida del acto.

El expresidente, que apostó durante su mandato por una bicefalia con Pío García Escudero al frente del PP de Madrid, no ha querido hacer valoraciones públicas al respecto y ha abandonado el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara Alta acompañado de su esposa, Ana Botella.

ALERTA DEL «ABUSO DE LA MENTIRA»

Aznar ha afirmado que leer la biografía de Julián Marías es «asistir a un ejemplo vivo de dignidad y respeto al valor de la verdad». «Marías cuenta en sus memorias cómo, al cumplir seisaños, él y su hermano mayor se prometieron, mutua y solemnemente, ‘nomentir nunca’. Una anécdota ingenuamente infantil que pudo ser emblema y cifra de toda una vida, porque Marías mantuvo su palabra hasta el último día de su vida», ha manifestado, para añadir que el «respeto a la verdad y a la palabra dada eran para él indeclinables».

Aunque ha asegurado que no iba a descubrir «las complicadas relaciones entre sinceridad y política», ha indicado que «de los regímenes políticos, el democrático es el que más padece cuando se abusa de la mentira». «Cuando la sinceridad en política se percibe como un lujo, la democracia queda comprometida. Un régimen de opinión implica que cada uno diga lo que piensa: no siendo así, cualquier diálogo es imposible por principio», ha añadido.

Aznar ha subrayado que la democracia «atraviesa una crisis de confianza por la reputación de mentira que mancilla la vida política» y ha añadido que «la agravación de ese clima desde el poder aboca a que los ciudadanos oscilen entre el enojo y el tedio y, al final, acaben siendo indiferentes». «Esa indiferencia es un inmensoproblema porque deja a la democracia indefensa», ha alertado.

El expresidente ha recalcado que los textos de Marías son de una «actualidad urgente» en estos días, en los que «se derriban estatuas», «se vociferan exigencias para hacerse perdonar una tarea civilizadora sin parangón» –en alusión a las palabras del Papa Francisco sobre la Consquista– y se «deforma la realidad nacional de España hablando de ‘plurinacionalidad’ y ‘España multinivel'».

Aznar ha destacado que Marías «nunca escribió una línea dictada por la conveniencia o la moda» ni «se dejó mecer por las olas». Además, ha hecho hincapié en el hecho de que la obra tenga por subtítulo ‘La concordia sin acuerdo», que lo es también de un libro de Marías, el «Tratado sobre la convivencia».

«Allí vuelve sobre una de sus ideas favoritas: la convivencia social es convivencia de personas y grupos con diferencias, discrepancias y conflictos. La concordia depende de la tenaz voluntad de convivir, y su requisito principal es el respeto a la verdad y el contar con la realidad», ha aseverado.

Aznar ha recordado que los textos de Julián Marías le han acompañado durante mucho tiempo. «Tuve la fortuna de conocerle en 1987. La Junta de Castilla y León, que yo presidía, le concedió el Premio de las Letras. Ya en el Gobierno de España, Julián Marías, en compañía de Pedro Laín Entralgo, fue la primera persona a quien quise invitar al Palacio de la Moncloa y en 2001, el Gobierno le otorgó la Medalla de oro al Mérito en el trabajo», ha concluido.