La Fundación ANAR ha mostrado su preocupación por la «alarma social» provocada por la imitación de conductas violentas de la serie ‘El Juego del Calamar’ por los menores de edad, y ha alertado del «peligro» que supone.
ANAR precisa en un comunicado, que la serie, que se emite desde hace unas semanas en una plataforma digital, es una ficción en la que se pueden ver «conductas violentas y arriesgadas y retos que pueden poner en peligro la vida de quien los realice».
El problema, según alerta ANAR, está cuando este tipo de contenidos llegan a los niños, niñas y adolescentes, que muchas veces «no son capaces de entender que se trata de una ficción» y que «no debe de imitarse los comportamientos» de la serie en la vida real.
«La serie no está destinada a menores de edad, pero cuando este tipo de contenidos violentos llegan a los más pequeños se está produciendo una auténtica alarma social, ya que los menores de edad imitan las conductas violentas y tratan de realizar los peligrosos retos que se aprecian en la serie», ha avisado el director de Programas de Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros.
Además, ha advertido de que representa «un grave problema» para los adolescentes, que están «en un momento de su vida en el que buscan sensaciones nuevas y placer, lo que puede llevarles a realizar conductas arriesgadas, poniendo su vida en grave peligro».
Por ello, ANAR ha lanzado este jueves un decálogo con recomendaciones para los padres y madres de menores de edad, como supervisar en todo momento el contenido que están viendo sus hijos e hijas, para que este no suponga un riesgo para ellos.
También proponen a los padres y madres que vean las series con sus hijos, que tengan cuidado para no normalizar la violencia, y les enseñen a resistir la presión social o fomentar el pensamiento crítico.
ANAR precisa que cualquier niño, niña y adolescente podría verse afectado por la influencia de este tipo de contenidos, pero detalla que hay perfiles especialmente vulnerables, como los menores de edad con patologías psicológicas previas, como ansiedad, depresión o que hayan vivido eventos traumáticos; adolescentes enganchados al mundo digital y las redes sociales; menores de edad con un carácter excesivamente impulsivo; o niños introvertidos, tímidos y solitarios.
No es la primera vez que ANAR advierte del riesgo que representan determinadas series o influencias tecnológicas, que han revolucionado el comportamiento de los menores de edad. Si bien, precisa que esto es «especialmente preocupante ahora, cuando los menores de edad aún arrastran las consecuencias psicológicas del confinamiento y del covid-19».
El informe ‘El Teléfono y Chat ANAR en tiempos de COVID-19’ ya alertó del aumento de los problemas psicológicos entre los menores de edad, según las consultas atendidas a través de las Líneas de Ayuda ANAR. En concreto, se incrementaron hasta un 22,2%, respecto al 17,3% del 2019.