Un 4% de las asesinadas por violencia de género en España tienen menos de 21 años

El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha presentado este miércoles un informe sobre las víctimas mortales de esta lacra menores de 21 años, que son un 4% del total de las asesinadas desde 2003 (45). Además, de ellas, 13 son menores de edad.

Tomando los datos que de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003, año en que se empezaron a contabilizar estos crímenes, el Observatorio se ha centrado en 45 de ellas, las que murieron con menos de 21 años, por pertenecer a uno de los grupos más vulnerables.

Según el informe, desde 2003, con la única excepción de 2015, todos los años se ha registrado al menos un asesinato machista en el que la víctima contaba con menos de 21 años de edad, siendo el peor fue 2004, en el que fueron 9 las jóvenesasesinadas a manos de sus parejas o exparejas.

Este grupo de 45 jóvenes suponen el 4 por ciento del total de las 1.113 mujeres asesinadas hasta octubre de 2021 como consecuencia de esta lacra y la medida de edad entre ellas es de 18,1 años, casi 8 años menos que la media de edad de los agresores, que se sitúa en los 25,9 años.

Por edades, el estudio indica que, 11 de las 45 jóvenesasesinadas tenían 20 años; 13 contaban con 19; mientras que 8 de ellas tenían 18 años. Ya dentro de la minoría de edad, 4 de las víctimas habían cumplido los 17 años; 3 tenían 16 años; otras 4, tenían 15; mientras que 2 no llegaban a esta edad. La más joven de las asesinadas que entra en la estadísticas tiene 13 años. La mató su novio, un hombre de 39 años, que después se suicidó, recuerda el informe.

LOS AGRESORES MAYORES QUE SUS VÍCTIMAS

En cuanto a los agresores de esas jóvenes, sus edades oscilan en su mayoría entre los 18 y los 30 años y, apunta el órgano del CGPJ, «en todos los casos» eran «mayores» que sus víctimas. En este sentido, señala que los autores de un tercio de los crímenes (33,9 %) tenían hasta 5 años más que las víctimas y en un 25% de los asesinatos eran entre 5 y 10 años mayores que ellas. De hecho, apunta el estudio, sólo uno de los agresores era menor de 18 años.

El informe del observatorio también destaca que «sólo una de cada cuatro víctimas», 11 de las 45, había presentado denuncia contra su agresor con anterioridad al crimen y una de cada cinco, 10 del total, eran madres. De hecho, como consecuencia de estos crímenes, 12 menores de edad quedaron huérfanos, 10 de los cuales también eran hijos de los agresores.

En este sentido, el estudio apunta que, aunque en ninguno de estos casos había existido el vínculo matrimonial, sí lo había de relación afectiva con todas las víctimas. En el 33,3 por ciento de los casos,el asesino era el exnovio de la víctima y en el 15,6 por ciento, su excompañero, precisa el Observatorio, separa estos dos términos en relación ha si ha habido o no convivencia.

Además, apunta que en 5 de cada diez crímenes, la relación seguía vigente: en el 28,9 por ciento de los casos, el agresor era el compañero sentimental de la víctima y en el 22,2 por ciento, su novio. Al respecto, el CGPJ apunta que siete de las 45 víctimas (15,6 %) convivía con su agresor cuando se produjo el crimen; mientras que en el 6,7% de los casos, había una orden de alejamiento en vigor.

LA MAYORÍA EN UN DOMICILIO Y CON ARMA BLANCA

En este sentido, el informe recoge que el 62% de estos 45 crímenes ocurrieron en el interior del domicilio. De ellos, el escenario fue el domicilio de la víctima en el 42,9% de los casos; el domicilio común en el 35,7% y el del agresor, en el 21,4%. El resto de los crímenes se cometieron en un paraje o espacio abierto (13%), en la vía pública (11%), en el lugar de trabajo (5%), en el vehículo(5%) y en un establecimiento público (4%).

Desde el Observatorio también se señala que en la mayor parte de los casos (65,9%), el asesino fue detenido y en el 11,4 %, se entregó. Además, un 2,3 por ciento de ellos intentó suicidarse sin lograrlo.

Sobre el método empleado por el victimario para cometer el crimen, el estudio detalla que el 44,2% de los asesinatos se cometieron con arma blanca y un 15% que se cometió por asfixia o estrangulamiento. Además, un 14% se produjeron como consecuencia de golpes con o sin objetos; un 11,6% con armas de fuego; un 7% tras ser la víctima arrojada al vacío y un 7% por otros modos.

LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN

Ante este escenario, la presidenta del Observatorio, Ángeles Carmona, ha expresado su preocupación y ha apelado a la colaboración de los profesionales de la educación como «pieza clave» en la lucha contra la violencia machista que afecta a las víctimas más jóvenes y más vulnerables.

En concreto, Carmona, que ha participado este miñercoles en el ‘9th International Congress of Educational Sciences and Development’, organizado por la Universidad de Granada, se ha referido a la formación de estas jóvenes que, por desconocimiento, tienden a minimizar actos y situaciones que el Tribunal Supremo ha catalogado como delitos y a justificar a los agresores.

Desde el órgano del CGPJ han explicado que las mujeres jóvenes sufren de una forma aún más dramática el aislamiento, pues temen al agresor, temen la reacción de sus progenitores y sienten vergüenza a reconocerse como víctimas.

Por ese motivo, ven «imprescindible» la implicación de los profesionales de la educación para que, en todas las etapas, incluida la universitaria, estén vigilantes y contribuyan en la detección de las situaciones de violencia de género.

«En estos días, 190 mujeres menores de 21 años llevan un dispositivo telemático, lo que significa que deben estar vigiladas las 24 horas del día al existir un riesgo alto para sus vidas», ha advertido la presidenta del Observatorio.