Científicos de Northwestern Medicine (Estados Unidos) han demostrado por primera vez que las vacunas contra el SARS-CoV-2 y las infecciones previas por este virus pueden proporcionar una amplia inmunidad contra otros coronavirus similares.
Las tres principales familias de coronavirus que causan enfermedades humanas son el Sarbecovirus, que incluye la cepa SARS-CoV-1, responsable del brote de Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) de 2003, así como el SARS-CoV-2, responsable del COVID-19; el Embecovirus, que incluye el OC43, a menudo responsable del resfriado común; y el Merbecovirus, que es el virus responsable del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), notificado por primera vez en 2012.
En este trabajo, publicado en la revista ‘Journal of Clinical Investigation’, el plasma de seres humanos vacunados contra el SARS-CoV-2 produjo anticuerpos de reacción cruzada (que proporcionaron protección) contra el SARS-CoV-1 y el coronavirus del resfriado común (OC43).
El estudio también descubrió que los ratones inmunizados con una vacuna contra el SARS-CoV-1 desarrollada en 2004 generaban respuestas inmunitarias que los protegían de la exposición intranasal del SARS-CoV-2. Por último, el estudio descubrió que las infecciones previas por coronavirus pueden proteger contra infecciones posteriores por otros coronavirus.
Los ratones que habían sido inmunizados con las vacunas contra la COVID-19 y que posteriormente fueron expuestos al coronavirus del resfriado común (HCoV-OC43, que es diferente de la cepa del SARS) estaban parcialmente protegidos contra el resfriado común, pero la protección era mucho menos sólida.
La razón, según hipotetizan los científicos, es que tanto el SARS-CoV-1 como el SARS-CoV-2 son genéticamente similares (como primos entre sí), mientras que el coronavirus del resfriado común es más divergente del SARS-CoV-2.
«Mientras el coronavirus tenga un parentesco superior al 70 por ciento, los ratones estaban protegidos. Si estuvieran expuestos a una familia de coronavirus muy diferente, las vacunas podrían conferir menos protección», explica el líder del estudio, Pablo Peñaloza-MacMaster.
Teniendo en cuenta lo diferente que es cada familia de coronavirus, los autores puntualizan que «probablemente no» haya nunca una universal contra los coronavirus. Sin embargo, ven la posibilidad de desarrollar una vacuna para cada familia de coronavirus (Sarbecovirus, Embecovirus y Merbecovirus).
«Nuestro estudio nos ayuda a reevaluar el concepto de una vacuna universal contra el coronavirus. Es probable que no haya ninguna, pero podríamos acabar con una vacuna genérica para cada una de las principales familias de coronavirus, por ejemplo una vacuna universal contra el Sarbecovirus para el SARS-CoV-1, el SARS-CoV-2 y otros coronavirus relacionados con el SARS; o una universal contra el Embecovirus para el HCoV-OC43 y el HKU1 que causan resfriados comunes», remacha Peñaloza-MacMaster.
Los autores evaluaron las respuestas inmunitarias en seres humanos que recibieron vacunas contra el SARS-CoV-2, así como en pacientes de COVID-19. «Descubrimos que estos individuos desarrollaron respuestas de anticuerpos que neutralizaron un coronavirus del resfriado común, el HCoV-OC43. Ahora estamos midiendo cuánto dura esta protección cruzada», apunta el investigador.