La Guardia Civil y la Policía Local de Melilla han dado el mayor golpe al tráfico de las llamadas cápsulas del ‘gas de la risa’, una sustancia que se emplea como droga por jóvenes, sobre todo en botellones y locales de ocio, en una operación que se ha saldado con 19 detenidos y dos investigados a los que se les imputan presuntos delitos contra la salud pública
Según ha informado este sábado la Comandancia melillense, la operación conjunta, desarrollada en el marco de la operación Cuadrilla, desarrollada en Melilla y Málaga, ha procedido contra una organización que se dedicaba a la venta y distribución de cápsulas de óxido nitroso, conocido como ‘gas de la risa’ y al «tráfico de drogas».
En la operación, los agentes han llevado a cabo cuatro registros en Melilla y han intervenido 23.040 cápsulas de óxido nitroso, «constituyendo esta aprehensión la más voluminosa de las realizadas en dicha localidad y una de las más significativas a nivel nacional, además de 20 kilogramos de hachís, teléfonos móviles y documentación de interés para la investigación».
El portavoz de la Comandancia ha detallado que la operación se inició en abril, al detectarse en el aeropuerto de Melilla como mujeres muy jóvenes portaban droga adosada al cuerpo bajo las ropas que vestían. Continuando con las investigaciones, los agentes pudieron constatar la llegada a la ciudad de un aumento de cápsulas de óxido nitroso, amparadas en partidas comerciales declaradas como «unidades de cargadores de sifones para nata», producto legal utilizado en el sector hostelero como agente espumante para fabricar nata montada u otro tipo de crema a presión en repostería.
BOTELLONES Y LOCALES DE OCIO
Asimismo, los agentes comprobaron que la trama desviaba de forma ilícita esas cápsulas para el consumo humano en locales de ocio y «botellones» con grandes concentraciones de jóvenes en la vía pública, donde se consumía esta sustancia inhalando el gas extraído de su interior mediante dispensadores y «globos», método conocido como ‘cracker’.
Para su distribución y venta, la trama utilizaba preferentemente un local de ocio sito en Melilla La Vieja y también en botellones en lugares como la explanada de Rostrogordo, Pista de Carros, inmediaciones de La Residencia de Mayores o la Hípica.
El portavoz policial ha indicado que los beneficios que obtenían eran cuantiosos ya que las cápsulas legales pueden adquirirse por unos 50 céntimos de euros la unidad y las vendían a entre tres y cuatro euros cada una de ellas.
Asimismo, ha apuntado que el líder de la organización residente en Melilla, diversificaba su negocio delictivo y dedicaba una parte de la trama al tráfico, principalmente por el aeropuerto, utilizando como mulas a personas muy jóvenes, vulnerables y en riesgo de exclusión social, a las que captaban en distintos barrios de la ciudad y les ofrecían por el pase, entre 400 y 1.000 euros, en función de la cantidad de droga que portasen, bajo las ropas que vestían.
En el transcurso de la operación, detuvieron portando droga a seis mujeres y a tres hombres, con edades comprendidas entre los 17 y 22 años, además de a otras tres mujeres que actuaban como captadoras de este colectivo vulnerable.
‘GAS DE LA RISA’
La Guardia Civil ha explicado que el óxido nitroso es una sustancia volátil, que desviado para ese consumo nocivo constituye una droga de abuso que produce efectos euforizantes, lo que ha hecho que se le conozca popularmente como ‘gas de la risa’ o ‘gas hilarante’.
Ese consumo nocivo con fines recreativos, mezclado con alcohol, hace que se puedan potenciar sus efectos adversos, lo que supone un serio riesgo para la salud pública según certifica la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios ya que puede producir efectos muy peligrosos como la asfixia, alucinaciones o problemas en la médula espinal, entre otros.
Por último, ha señalado que la operación ha sido dirigida y tutelada por el Juzgado de Instrucción número 3 de los de Melilla, y la investigación se ha llevado a cabo por la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, con la colaboración de la Policía Local de la Ciudad Autónoma y de la Compañía Fiscal de la Comandancia.