Dentro de la historia del FC Barcelona han pasado algunos de los jugadores más importantes que han existido en el mundo del fútbol, como Maradona, Cruyff, Ronaldinho, Ronaldo, Rivaldo…; pero otros tantos han surgido desde su cantera, como lo han sido Lionel Messi, Xavi, Iniesta…, lo que supuso que el club no gastara ni un euro en fichajes. Y es que esa había sido una de las grandes virtudes del Barça de los últimos años, que no gastaba tanto dinero en fichajes; aunque todo cambió con la dirigencia que comandó primero Sandro Rosell y luego, una mucho peor, con Josep Maria Bartomeu.
El club volvió a esos tiempos antiguos en los que gastaba millones de pesetas, ahora son de euros, para fichar el talento que hubiera en el mundo y ayudara a progresar al equipo. Muchas veces funcionó o por lo menos si que pudieron contribuir; no obstante, en los últimos años han sido más que todo como tirar dinero a la basura, pues casi ninguno de los fichajes que llegó pudo aportar algo de valor a este Barcelona. Pese a todo, si que casi todos dejaron su pequeño sello dentro del club, pues se convirtieron en varios de los fichajes más caros en la historia de la entidad catalana. Algunos pudieron hacer grandes cosas, otros pasaron sin pena ni gloria y con varios de ellos la gente se quedó pensando «¿de verdad?»; pero sea como sea, ya forman parte de la historia culé.
1Paulinho llegó proveniente de China
A estas alturas sonaría casi como una broma o algo salido de los rumores más fantasiosos; pero Bartomeu tuvo la gran idea de traer a Paulinho proveniente desde el Guangzhou Evergrande a cambio de 40 millones de euros, en el 2017. El mediocampista sedujo más el mandatario azulgrana por lo bien que lo hacía con su selección, a la cual seguía yendo convocado a pesar de jugar en China. Pese a las burlas y todo el ruido que generó, su rendimiento no fue malo; más bien llegó a volverse una de las armas goleadoras del Barcelona a pesar de su posición. Tras una sola temporada como blaugrana se confirmó su vuelta a al Guangzhou por medio de una cesión con una opción de compra obligatoria y esta quedó fijada en 50 millones de euros. Uno de los negocios en los que nunca se sabrá que pensaba Bartomeu.