Los expresidentes del Gobierno Felipe González y Mariano Rajoy han denunciado este jueves, durante su participación en un diálogo en el Foro de La Toja Vínculo Atlántico, que en España están proliferando los «inquisidores» y los «torquemadas» que impiden opinar y decir lo que se piensa libremente.
En opinión de González, la política está «cada día más polarizada y más dispersa». «Hubo un tiempo en el que tolerábamos a la Inquisición en la historia de España, pero había una sola inquisición, ahora debemos de tener 25 o 30», ha lamentado.
Si se mueve la cabeza a un lado, te dicen «eso no lo puedes decir», si se mueve al contrario ocurre lo mismo, ha denunciado el expresidente socialista. Es decir, ha resumido, «no puedo hablar libremente aunque piense lo que digo».
En opinión de González, esto es «un disparate». «Hay una especie de achicamiento de las libertades que va acompañado de un acatetamiento de nuestra visión del mundo», ha lamentado, subrayando que él dice lo que piensa y piensa lo que dice por una cuestión de «responsabilidad».
Para «ser políticamente conveniente» en la actualidad, ha insistido, «hay que callarse» y «no ser inoportuno». En tiempos de Franco, ha añadido, «había un Torquemada, ahora hay muchos que te dicen cómo hay que ser español, catalán o vasco». «Hay un montón de inquisidores que te echan los caballos encima», ha abundado, asegurando que los hay de izquierda, de derecha, que «gritan ‘libertad, libertad’, pero para mí».
Rajoy le ha dado la razón en su queja. «Florecen por doquier los ‘torquemadas’ en nuestro país», es más, ha afirmado «con absoluta franqueza, tenemos un superavit monumental de ellos». «Aquí como digas algo que vaya en contra de lo que alguien, no sabemos quién es, decidió que tenemos que hacer los demás te atizan inmesericordemente», ha denunciado.
Por ello, ha considerado que «es bueno que se diga esto a ver si entre todos somos capaces de que nos dejen opinar con una cierta tranquilidad».
LOS CAUDILLOS NO TIENEN COLOR
Por otra parte, González también ha reprochado las etiquetas que los políticos actuales se afanan en otorgar a las dictaduras. «Cualquiera de estos listos que hay ahora», ha dicho, esgrime que «si el gobierno es autoritario o caudillista con una bandera de derechas, no está tan mal, o al revés, si es un caudillista y autoritario con una bandera de izquierda, hombre tan malo no es».
«No, los tiranos, los caudillos populistas no tienen color, destruyen las oportunidades de sus pueblos, no les demos color para justificar lo que no tiene justificación, sea quién sea», ha reclamado.