Ir caminando al colegio cubre hasta el 36% de la actividad física diaria recomendada

Con motivo de la Semana Europea de la Movilidad 2021, que se celebra entre los días 16 y 22 de septiembre y cuyo lema es ‘Por tu salud, muévete de forma sostenible’, la Asociación Española de Pediatría (AEP) recuerda que la actividad física que supone ir andando al centro educativo cubriría entre un 23 y un 36 por ciento del total de la actividad física diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«La actividad física moderada-intensa, practicada de forma regular, al menos 60 minutos al día, previene el desarrollo de la obesidad y es una pieza fundamental, junto con una dieta saludable, en el tratamiento de la obesidad en niños y adolescentes», señalan los expertos del Comité de Promoción de la Salud de la AEP. Sin embargo, como advierten, «para que sea eficaz es necesario hacerlo con una intensidad y una frecuencia determinada, que en muchos casos no se cumple».

En este sentido, el doctor Álvarez Pitti, experto en actividad física del Comité de Promoción de la Salud de la AEP, detalla los beneficios para la salud de ir a la escuela a pie. «A nivel cardiovascular, la marcha rápida disminuye los valores de presión arterial, optimiza la capacidad de regulación de los niveles de azúcar de la sangre mejorando la sensibilidad a la insulina e incrementa los valores del colesterol HDL, el colesterol bueno». Tal y como añade, la mejoría de todas estas variables incrementa la calidad y la esperanza de vida de las personas.

«A nivel musculoesquelético, la práctica de la marcha rápida mejora la condición física muscular, al incrementar la masa muscular, sobre todo, del tren inferior y la espalda», explica. Asimismo, recuerda que el incremento de masa muscular es fundamental para un buen tono corporal y el control postural. «Además, se mejoran otros componentes de la condición física como son el equilibrio y la coordinación», destaca el experto.

Por otro lado, «se ha demostrado que los niños que practican actividad física obtienen mejores resultados escolares y, a nivel emocional, ven incrementada su autoestima, lo que reduce el riesgo de caer en trastornos como la ansiedad o la depresión», agrega el experto de la AEP.

Además, ir caminando al colegio fomenta, igualmente, una serie de valores relacionados con los hábitos de vida saludables. En este sentido, ayuda a los niños a entender la importancia de la actividad física diaria, incrementa su autonomía, les hace ser conscientes de su autoeficacia y se desarrolla una mayor sensibilidad y concienciación respecto a la preservación del medio ambiente.

MEJOR ANDANDO QUE EN BICICLETA

Entre los dos medios de transporte activo (caminar y pedalear), los pediatras priorizan caminar frente a la bicicleta. «Aunque es una alternativa saludable, la intensidad de actividad física desarrollada puede no ser la suficiente, ya que normalmente el tráfico en las ciudades no permite mantener velocidades elevadas durante todo el trayecto», explica el doctor Álvarez Pitti. «La marcha rápida, sin embargo, se puede mantener y, además, es más seguro que ir en bicicleta por los problemas con el resto de los vehículos y el mayor riesgo de caídas», añade.

Entre los factores que impiden o dificultan la práctica diaria recomendada de actividad física están, entre otros, el abuso de las pantallas y el uso intensivo de medios de transporte no activo, que favorecen el sedentarismo.

El papel de las familias es fundamental a la hora de reducir el impacto de estos hábitos. «Debemos concienciar a los padres y madres de que la mejor manera de cuidar a sus hijos es vivir y transmitir un estilo de vida saludable y activo. La escuela y el entorno familiar son los dos pilares clave en su formación», apostilla Álvarez Pitti.