Dentro del FC Barcelona las cosas no parece que vayan del todo bien; claro está, esto en la parte deportiva, pues en lo institucional están más que agitadas y en lo económico hay una crisis total que tardará en solventarse. Lo cierto es que el club azulgrana vive momentos más que difíciles y quienes querían agarrarse de los resultados del equipo que dirige Ronald Koeman tendrán que sufrir bastante esta temporada; algo que se pudo comprobar ante el Athletic Club y, sobre todo, ante el Getafe. Y es que pese arrancar con una goleada ante la Real Sociedad, el empate ante los rojiblancos y la aburrida victoria contra los azulones manda un claro mensaje de que los extraordinario ya no parece abundar del lado de la escuadra catalana.
Por supuesto que la plantilla del Barcelona está más que capacitada para dar la pelea; pero ese toque especial, ese punto de lucidez o la confianza de que algo puede pasar ya no lo ejerce en todos los partidos la figura de un Lionel Messi que se marchó al PSG. Esa salida tan dolorosa del argentino y la falta de un fichaje de relumbrón, ambas cosas ocasionadas por la crisis económica instalada en el club, son por las que la falta de fe disminuye con el correr de las jornadas. Si bien el Barcelona ahora tiene siete puntos y ocupa los primeros lugares, la ilusión no es algo que esté instalado de su lado, por eso los refuerzos son algo que se piden a estas alturas; aunque se sabe que será imposible. Pero eso puede cambiar en el futuro, porque en enero pueden llegar noticias en forma de fichajes.
1Una crisis económica que empeoró todo
Claro que para resolver estos percances deportivos lo mejor sería contar con algunos refuerzos; no obstante, la mala situación económica que vive el Barcelona, gracias a la mala política de fichajes, con sueldos galácticos y renovaciones desmedidas que protagonizó la gestión de Josep Maria Bartomeu, ha sido la que ha impedido que el equipo se refuerce la manera adecuada. Eso sin contar con que esa deuda de 1.500 millones de euros y excederse en el límite salarial acabaron por hacer que Messi saliera del equipo. Joan Laporta está luchando por estabilizar las cuentas con algunas ventas y reducciones de salarios; pero esa batalla tardará años antes de que pueda siquiera acercarse a la victoria.