La leche condensada queda maravillosa para cubrir un bizcocho y darle un sabor estupendo. Pero… ¿Alguna vez has pensado en hacer el bizcocho utilizando a la leche condensada como ingrediente de la masa? Déjame decirte que es la locura del sabor y la esponjosidad, algo que no te vas a poder imaginar hasta que lo hayas comido.
La mayor bondad de esta preparación es que necesitas muy pocos ingredientes en comparación con los que requieres para hacer otros bizcochos. De manera perfecta la leche condensada aporta el lácteo necesario y también la cantidad justa de azúcar y para obtener una esponjosidad de lujo, tienes que hacer un truco que te va a dejar enamorado de la textura que obtendrás.
Cómo se hace el bizcocho con leche condensada, el secreto para la esponjosidad
Tal como te vengo comentando, lo mejor de este bizcocho es que no necesitas añadir más azúcar para disfrutar del dulzor exacto; además, con el batido de forma correcta, tendrás un resultado que será aparte de muy rico, bastante esponjoso.
Comienza volcando 400 gramos de leche condensada en un bol. Si bien la leche condensada la puedes encontrar en cualquier mercado, te recomiendo prepararla de manera casera y la puedes hacer tanto con leche en polvo como con leche líquida. Una vez que tengas la leche condensada en el bol, comienza a agregar de uno en uno los huevos.
Para un bizcocho esponjoso, será necesario añadir un total de 4 huevos grandes. Uno de los trucos para lograr una asombrosa esponjosidad, es incorporar los huevos uno por uno e ir batiendo con un batidor manual o eléctrico. Si lo haces de forma manual, bate con suficiente fuerza para que los huevos se aireen.
Con leche condensada y huevos debidamente mezclados, avanza hacia el otro paso
Por lo general, se recomienda utilizar harina de repostería para otorgar una correcta esponjosidad a la mezcla; sin embargo, ¿sabías que con la técnica correcta al batir los ingredientes puedes tener un bizcocho realmente esponjoso indistintamente del tipo de harina que uses? Así es, un correcto aireado a los huevos hará que quede maravilloso.
Una vez que tengas integrados los huevos y la leche condensada, notaras como la mezcla crece en volumen, esa es la señal de que los huevos están bien aireados. En ese momento añade 50 gramos de mantequilla derretida e intégrala completamente, vierte también un chorrito de esencia de vainilla o la ralladura de un limón.
Cuando se tienen perfectamente integrados la leche condensada, huevos, mantequilla y esencia, es el momento de incorporar los ingredientes secos, los cuales también tienen su truco para dar más volumen a tu bizcocho.
Cómo incorporar los ingredientes secos
Hasta ahora tienes una mezcla aireada y perfecta para tener un bizcocho de leche condensada esponjoso. Ahora bien, solo queda pendiente incorporar los ingredientes secos. Para ello, tamiza 150 gramos de harina junto a 2 cucharaditas de polvos para hornear o Royal.
Una vez tengas la harina tamizada junto al polvo de hornear, comienza a añadirla poco a poco a la mezcla. La mejor forma para hacerlo será de manera envolvente. Debes evitar incorporarla de un solo golpe; si lo haces, se formaran desagradables grumos; así que mejor hazlo con calma, y con una espátula incorpora poco a poco los polvos.
Y aquí es cuando viene el otro truco que debes poner en práctica: Evitar batir mucho la harina en la mezcla de tu bizcocho de leche condensada, pues al hacerlo activas el gluten, lo que dará como resultado un bizcocho pesado y apelmazado.
El horneado del bizcocho de leche condensada, el punto final para la gloria
Si has seguido todos los pasos que te he detallado y sobre todo logras comprender la importancia de cada uno de ellos, estas a un paso de disfrutar del bizcocho de leche condensada más esponjoso que hayas probado en tu vida.
Para las proporciones de ingredientes que has utilizado, el molde perfecto será uno de 20 centímetros de diámetro. Puedes usar el de la forma que prefieras; eso sí, engrásalo un poco con spray vegetal y fórralo con papel vegetal para lograr desmoldarlo con mayor facilidad.
Vierte la mezcla en el molde e introdúcelo en el horno precalentado a 175°C por un tiempo aproximado de una hora. Debes estar atento al proceso de cocción, porque cada horno tiene su maña.
Una vez horneado, retíralo y colócalo sobre una rejilla para que se enfríe poco a poco. Este bizcocho de leche condensada es tan sabroso y esponjoso que no necesita nada más. Si deseas espolvorea un poco de azúcar impalpable y sírvete una rebanada acompañando un delicioso café al estilo Starbucks.
Los trucos para un bizcocho esponjoso
Como has podido ver, los pasos a seguir para tener un esponjoso bizcocho de leche condensada son muy sencillos y fáciles de seguir. El momento para batir bien y airear la mezcla es al principio, justo cuando integras la leche condensada con los huevos. A partir de ese momento ya no es hora de batir, sino de mezclar poco a poco.
Utilizar todos los ingredientes a temperatura ambiente será tu boleto al éxito, retira los huevos de la nevera con 30 minutos de anticipación, y a sí estarán a la temperatura adecuada cuando los vayas a utilizar.
Evita mezclar en exceso la harina, así no liberará el gluten. Cuando bates demasiado la harina, el bizcocho se torna muy pesado y la miga no se desarrollará esponjosa.
Por último, cuando esté listo, retíralo y déjalo reposar por unos minutos antes de desmoldarlo, así evitas que algún pedazo se quede pegado y destruya el bizcocho durante el proceso. Cuando lo desmoldes siempre colócalo sobre una rejilla; de esta forma se va a enfriar poco a poco y de manera correcta