Un grupo multidisciplinar de investigadores de instituciones de todo el mundo está probando una estrategia completamente nueva para curar el VIH. El grupo, conocido como Colaboración para la Obstrucción del VIH mediante Epigenética Programada (HOPE, por sus siglas en inglés), pretende silenciar y eliminar permanentemente el VIH del organismo, aprovecha los conocimientos sobre cómo otros virus se han inactivado de forma natural con el paso del tiempo.
Este equipo de científicos, que cuenta con una subvención de 26,5 millones de dólares de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), estará dirigido por investigadores de los Institutos Gladstone, Scripps Research Florida y Weill Cornell Medicine.
«Se trata de un enfoque fundamentalmente diferente de lo que todo el mundo ha estado intentando para combatir el VIH. Creo que es extremadamente importante que exploremos una amplia gama de enfoques científicos para encontrar la mejor cura para las personas que viven con el VIH, tan rápido como podamos», afirma la doctora Melanie Ott, directora del Instituto Gladstone de Virología y directora del programa e investigadora principal de HOPE.
En los últimos 40 años, el VIH ha pasado de ser un virus mortal y misterioso a uno que puede controlarse con medicamentos diarios. Pero los intentos de eliminar completamente el virus del cuerpo de las personas seropositivas, curándolas para siempre, han fracasado.
El VIH es famoso por su capacidad de ocultarse en un estado latente en las células inmunitarias; aunque los virus latentes no causan síntomas manifiestos o sida, pueden provocar complicaciones de salud a largo plazo para los seropositivos y no pueden ser tratados con la terapia antirretroviral estándar. Además, una interrupción de esta terapia diaria puede provocar un rápido rebote de la infección.
La mayoría de los intentos de curar el VIH se han centrado en la reactivación intencionada del virus latente para eliminarlo en presencia de la terapia antirretrovírica, un enfoque denominado «choque y muerte». Pero los investigadores han tenido dificultades para reactivar todas las copias del virus en el cuerpo, o al menos, para hacerlo sin efectos secundarios graves e indeseables. E incluso un pequeño reservorio de virus latente significa que una persona que vive con el VIH debe seguir recibiendo tratamientos diarios.
Los investigadores que participan en HOPE llaman a su nueva táctica alternativa «bloquear y encerrar», y se dirige al VIH latente de nuevas maneras, sin reactivarlo.
La inspiración para la parte de «bloquear y encerrar» de su estrategia proviene de antiguos virus que se han integrado en el genoma humano a lo largo de millones de años de evolución. El VIH también se integra en el genoma de una persona seropositiva. Sin embargo, a diferencia del VIH, los virus antiguos permanecen en un estado silenciado o son defectuosos.
Los investigadores han descubierto que a estos antiguos virus inactivos les faltan varios elementos genéticos que contiene el VIH. Dos elementos concretos -una secuencia de ADN al principio del código genético del VIH y una proteína llamada Tat- son necesarios para que el VIH latente se reactive y comience a replicarse.
«Hemos demostrado que el bloqueo de Tat con ciertas moléculas pequeñas similares a los fármacos puede bloquear el VIH en su fase latente, y este bloqueo se mantiene durante algún tiempo, incluso si se interrumpe la terapia antirretroviral. Con el enfoque de ‘bloquear y encerrar’, básicamente queremos empujar al VIH para que se convierta en un virus antiguo e inofensivo», explica la doctora Susana Valente, una de las principales investigadoras de HOPE y profesora asociada de inmunología y microbiología en el Scripps Research de Florida.
El uso de fármacos para bloquear los elementos necesarios para que el virus se reactive podría hacer que el VIH pasara de un estado latente transitorio a uno sólidamente silenciado. Los fármacos no solo impedirían la proteína Tat, sino que también alterarían la estructura tridimensional del material genético del VIH, dificultando el acceso de otras proteínas a los genes del VIH y su activación. El equipo de HOPE cree que esta doble estrategia podría bloquear el VIH en un estado silencioso para siempre, sin necesidad de un tratamiento continuo.
«La idea no es sólo bloquear el VIH para que no pueda replicarse, sino esencialmente tirar la llave, manteniéndolo encerrado para siempre, incapaz de hacer más daño al huésped o a otros. Si las células infectadas con el VIH latente pudieran silenciarse sólidamente, podríamos retirar a los pacientes de sus regímenes de terapia antirretroviral completos y el virus no reaparecería», dicen los científicos.