Fresa, chocolate, almendra, vainilla, limón, todos forman parte de los sabores de helados más comunes que puedes encontrar en cualquier heladería; sin embargo, no es muy frecuente conseguir el sabor a violeta con tanta facilidad. Y es que, si bien, el helado de violeta tiene un dulce y envolvente sabor, realmente no es el preferido de muchos.
Aunque se asegura que en 1920 ya existía el helado de violeta preparado con flores auténticas, en la actualidad es común conseguirlo, pero preparado con caramelos de violetas o mermeladas de la misma. Así que prepararlo en casa, no tiene por qué ser complicado.
Cuando se prepara este exquisito y delicado helado con mermelada de violetas en lugar de los típicos caramelos; el resultado es un helado de color bien marcado sin necesidad de colorantes artificiales añadidos.
Helado floral, un dulce sabor y aroma que a todos enamora
La violeta no es la única flor utilizada para hacer divinos postres, helados y otras preparaciones. Desde los tiempos más antiguos, los seres humanos han recurrido al consumo de flores, hierbas, raíces y otros elementos naturales para enfrentar patologías diversas y por supuesto como alimento.
El consumo de flores en ensaladas y otras preparaciones es muy común; de hecho, flores de calabaza y de calabacín, son utilizadas constantemente en los menús gastronómicos de diferentes países. Con relación al consumo de las flores en los postres y helados, han surgido las más diversas preparaciones, sobre todo en forma de mermeladas y confituras.
La mermelada de pétalos de rosas es considerada toda una exquisitez, y con ella se elaboran los más delicados postres, entre ellos los clásicos helados de sabor y aroma delicado. De hecho en los países árabes, las rosas son utilizadas frecuentemente para perfumar el cuscús y sus platos con cordero.
Es completamente divino disfrutar del sabor y aroma de un helado floral; y si bien las rosas son las más clásicas, es posible encontrar helados con azucenas, jazmines e incluso tulipanes y claveles.
El helado de violeta, vistoso, dulce y aromático
Dentro de la gama de los helados florales, podrás conseguir los elaborados con las clásicas y románticas rosas, azucenas, lavanda y caléndula. Cada flor con su toque particular de sabor, aroma y misterio.
En el caso de las violetas, estás destacan por ser visualmente preciosas; lo que las hace bastante decorativas y muy atractivas. Además, el sabor de esta flor es ligeramente dulce, mientras su aroma es floral y evoca los más románticos momentos bajo la lluvia. El sabor del helado de violeta es floral y sumamente suave con toques a hierbas frescas.
La sutileza de la violeta la hace perfecta para combinarla con postres con cremas, infusiones, mermeladas y ciertamente en el helado. Un refrescante helado de violeta, cierra con broche de oro una deliciosa y condimentada comida, pues tiene la propiedad de envolver de forma muy sutil el paladar.
Cómo se hace el helado de violeta
El verano es el mejor momento para innovar con diferentes y ricas maneras de refrescarte. Puedes preparar los más ricos sorbetes de limón y también los helados florales como una opción divertida, diferente, aromática y muy rica.
Hacer el helado de violetas conlleva un procedimiento muy sencillo y parecido al de los helados más tradicionales. Si tienes una heladera lo podrás disfrutar en apenas una hora, y si lo llevarás al congelador lo mejor será esperar como mínimo 5 o 6 horas para disfrutar de todo su sabor y frescura.
El primer paso será preparar una especie de natilla base; para ello, bate en un bol 8 yemas de huevo con 2 cucharadas de vainilla y 300 gramos de azúcar. Lo ideal es batir hasta que notes que las yemas se tornan de un color más claro, y luzcan espumosas.
Lleva una cacerola a fuego medio-alto, y calienta 500 ml de leche junto a 240 ml de glucosa (puedes utilizar en lugar de glucosa: sirope de maíz o miel, solo que la miel inundará mucho con su sabor). En el momento que la leche comience a hervir, remuévela un poco y cocínala por un par de minutos.
Ahora es el momento de formar en sí la natilla, comienza a verter muy poco a poco la leche caliente sobre la mezcla que hiciste con las yemas de huevo y mueve constantemente para evitar que estas se cuajen con el calor. Una vez que la integres por completo, lleva nuevamente al fuego por 5 minutos.
La incorporación de la violeta, el toque mágico final
La natilla debes estar fría cuando vayas a incorporar la mermelada de violetas. Para agilizar el proceso de enfriamiento de la mezcla, coloca esta en un bol sobre una olla con agua fría y cubos de hielo y enfríala completamente. Cuando se encuentre a buena temperatura cubre el bol con un papel film e introdúcelo en la nevera por 30 minutos.
Pasados los 30 minutos, incorpora en la mezcla 4 cucharadas de mermelada de violetas y monta 500 ml de nata hasta que forme picos. En este punto, la nata debe incorporarse a la natilla de forma envolvente hasta que esté completamente integrada. Si lo deseas puedes añadir un poco de colorante color morado para potenciar el color del helado.
Para finalizar, solo debes llevar el helado a la nevera por una hora. En caso de tener una máquina heladera, vierte el helado en esta y enciéndela por una hora. Si no cuentas con esta máquina, solo introduce el helado en el congelador y sácalo cada 30 minutos para removerlo. Después de hacerlo unas 5 veces tendrás el mejor de los resultados.
Para servir este idílico helado, sírvelo en copas de cristal y decora con caramelos de violetas o flores frescas. Quedará de ensueño.