Descubren que los beneficios del ejercicio físico se heredan

Científicos de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) han descubierto que los efectos beneficiosos del ejercicio físico sobre la salud y en la prevención de enfermedades pueden deberse, en parte, a cambios en la estructura del ADN, lo que se conoce como epigenética.

El ADN es el manual de instrucciones molecular que se encuentra en todas las células. Algunas secciones del ADN son genes, que son las instrucciones para construir proteínas, mientras que otras secciones son potenciadores que regulan qué genes se activan o desactivan, cuándo y en qué tejido. Los científicos han descubierto, por primera vez, que el ejercicio reconfigura los potenciadores en regiones del ADN que se sabe que están asociadas al riesgo de desarrollar enfermedades.

«Nuestros hallazgos proporcionan un mecanismo para los conocidos efectos beneficiosos del ejercicio. Al conectar cada potenciador con un gen, proporcionamos además una lista de objetivos directos que podrían mediar este efecto», afirma el profesor Romain Barrès, del Centro de Investigación Metabólica Básica de la Fundación Novo Nordisk, autor principal de la investigación, publicada en ‘Molecular Metabolism’.

EL EJERCICIO MEJORA LA SALUD DE LOS ÓRGANOS, INCLUIDO EL CEREBRO

El equipo de científicos planteó la hipótesis de que el entrenamiento con ejercicios de resistencia remodela la actividad de los potenciadores de genes en el músculo esquelético. Reclutaron a hombres jóvenes sanos y los sometieron a un programa de ejercicios de resistencia de seis semanas. Los científicos recogieron una biopsia del músculo del muslo antes y después de la intervención de ejercicio y examinaron si se producían cambios en la firma epigenética de su ADN después del entrenamiento.

Así, los investigadores descubrieron que, tras completar el programa de entrenamiento de resistencia, se había alterado la estructura de muchos potenciadores en el músculo esquelético de los jóvenes. Al conectar los potenciadores con las bases de datos genéticas, descubrieron que muchos de los potenciadores regulados ya habían sido identificados como puntos calientes de variación genética entre individuos, puntos calientes que se han asociado con enfermedades humanas.

Los científicos sospechan que los efectos beneficiosos del ejercicio en órganos distantes del músculo, como el cerebro, pueden estar mediados en gran medida por la regulación de la secreción de factores musculares. En concreto, descubrieron que el ejercicio remodela la actividad de los potenciadores en el músculo esquelético que están vinculados a las capacidades cognitivas, lo que abre la posibilidad de identificar los factores musculares secretados inducidos por el entrenamiento en el cerebro.

«Nuestros datos demuestran la existencia de un vínculo funcional entre el recableado epigenético de los potenciadores para controlar su actividad tras el entrenamiento y la modulación del riesgo de enfermedad en los seres humanos», afirma la profesora adjunta Kristine Williams, también autora principal de este estudio.