Es divino disfrutar del placer de degustar un buen plato de almejas a la marinera o un delicioso arroz con frutos del mar; sin embargo, ¿cuántas veces te ha pasado que disfrutando de ese rico momento de pronto muerdes unas mini piedrillas molestas?. Seguramente alguna vez te ha pasado, y créeme es algo muy común.
Todos en algún momento atravesamos esa desagradable experiencia mientras se consumen unas divinas almejas; y es que, cuando no se limpian de la manera correcta, estos exquisitos moluscos suelen dejar un rastro de arena bastante molesto en el plato.
No solo la arena es un factor molesto a la hora de comer almejas, pues aun cuando las venden aptas para el consumo humano, se deben extremar medidas para eliminar cualquier impureza y disminuir riesgos innecesarios para la salud.
Las almejas un fruto del mar delicioso, pero necesariamente muy fresco
Si bien las almejas son sumamente deliciosas y se encuentran presentes en una gran variedad de platos exquisitos, estás siempre deben comprarse sumamente frescas, de lo contrario, pueden resultar peligrosas para la salud y causar serios trastornos gastrointestinales.
Para evitar enfermedades y lograr que las almejas queden como de revista, debes ser cuidadoso al momento de comprarlas y recurrir siempre a un lugar de confianza. Por fortuna, en la actualidad existen muchas empresas dedicadas a tratar las almejas, y las limpian y mantienen en un flujo de agua constante para que estén oxigenadas y lleguen frescas a su casa.
Como norma, cuando vayas a comprar almejas procura prepararlas el mismo día de la compra o a más tardar al día siguiente. No es recomendable comprar las almejas para guardarlas y prepáralas al transcurrir varios días, y mucho menos congelarlas, ya que se perderá su frescura y su carne mermará considerablemente.
La forma correcta de limpiar las almejas, la garantía del éxito
Nada más rico que comer almejas bien preparadas, limpias y sin que representen algún riesgo para la salud y para lograrlo, lo mejor que puedes hacer es retirar la arena y las impurezas que puedan contener de la mejor forma posible.
La mejor forma de limpiar las almejas, es hacerlo con agua de mar o agua mineral y aunque te pueda resultar extraño (porque muchos lo hacen), nunca debes usar agua del grifo; ya que esta contiene cloro, flúor y otras sustancia químicas que pueden envenenar tus almejas.
Para limpiarlas de manera correcta debes tener a mano los siguientes materiales: un bol o recipiente donde quepan las almejas de forma dispersa, agua de mar o mineral suficiente para cubrirlas completamente, y 35 gramos de sal (en caso de usar agua mineral) en una proporción de una cucharada sopera de sal por cada litro de agua mineral que vayas a emplear. De igual forma, sea agua de mar o agua mineral salada la que vayas a utilizar, esta siempre deberá estar muy fría.
Bien, una vez que tengas los elementos necesarios para limpiar bien las almejas, los pasos a seguir son muy sencillos.
Selecciona las almejas
El proceso de comprar las almejas no es tan sencillo como al comprar pescados. Generalmente estas vienen en mallas ya preparadas para la venta; sin embargo, te recomiendo elegir siempre aquellas que no presenten olores fuertes o extraños. Las almejas deben estar frescas al momento de comprarlas.
Cuando llegues a casa, debes iniciar el proceso de limpieza de forma inmediata, comienza por verter en un bol con agua mineral a todas las almejas y revisa muy bien cada una de ellas. Retira aquellas que estén abiertas y que no se cierren ni cuando tratas de hacerlo; así mismo, desecha inmediatamente aquellas que floten en la superficie del agua, pues esta es una clara señal de que están dañadas y no son aptas para consumo.
Dales una primera lavada
Cuando hayas desechado las que lucían un poco sospechosas, en el mismo bol en el que las añadiste, introduce tus manos y frótalas muy bien entre sí para eliminar cualquier impureza que esté pegada a sus conchas y suelten así también toda la suciedad.
La primera lavada es necesaria para una limpieza inicial de las impurezas más notables y superficiales. En el siguiente paso lograrás que también se elimine por completo la arena que puede encontrarse en su interior.
Segunda lavada
Cuando ya estén limpias por fuera y hayas eliminado cualquier suciedad externa, es momento de introducirlas en agua de mar o mineral fría. En caso de usar agua mineral, recuerda salarla con 35 gramos de sal fina por cada litro de agua mineral añadida.
Si decides utilizar agua mineral y sal, recuerda utilizar la proporción correcta que te he comentado y también remueve muy bien la sal dentro del envase hasta que esté completamente diluida. Antes de introducir las almejas, cerciórate de que en el fondo del bol no hay sal sin diluirse.
La razón de utilizar agua de mar, es evitar al máximo el estrés en las almejas. Cuando se encuentran en agua de mar o agua salada frías, estas se relajan y comienzan a soltar la arena que tienen en su interior. De igual forma, el agua debe estar fría para equiparar la temperatura a la de su hábitat. Mientras más relajada esté la almeja, más arena soltará.
Teniendo ya a las almejas relajadas y soltando toda la sal que tienen dentro, debes dejarlas dentro del agua entre 40 minutos y una hora. Debes tener esto muy presente, ya que si te excedes en el tiempo, pueden quedar saladas cuando las prepares.
Cuando transcurran los 40 minutos ya puedes retirarlas del agua y enjuagarlas con agua mineral; escúrrelas y prepáralas como quieras disfrutando de comerlas sin ningún rastro de arena.
Estos pasos si bien funcionan perfectos para las almejas, también puedes utilizarlos para otras conchas marinas como los mejillones, que si bien no contienen arena, se ven muy beneficiados con este tipo de limpieza para eliminar cualquier impureza y también para quedar más gorditos, como para preparar unos deliciosos mejillones al vapor.