La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, y el director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, han pedido, de cara a la Pre-Cumbre de los Sistemas Alimentarios de la ONU, reducir el precio de huevos, lácteos, frutas, verduras y cereales integrales, y aumentar el de los alimentos poco saludable.
«Esta reunión es una oportunidad para establecer la agenda sobre cómo fortaleceremos de manera audaz y colectiva los sistemas alimentarios, promoveremos dietas saludables y mejoraremos la nutrición, especialmente para los niños y los jóvenes», han dicho los expertos.
Incluso antes de la pandemia, los niños eran los más afectados por los sistemas alimentarios rotos y las dietas deficientes, lo que provocó una «alarmante» crisis nutricional y de salud en todo el mundo y una triple carga de malnutrición: desnutrición, en forma de retraso en el crecimiento y emaciación, deficiencias generalizadas de micronutrientes y una prevalencia creciente de sobrepeso y obesidad.
A nivel mundial, uno de cada tres niños no crece bien debido a la desnutrición, una de las principales causas de mortalidad infantil en todo el mundo, mientras que dos de cada tres no tienen acceso a las dietas mínimas diversas que necesitan para crecer, desarrollarse y aprender. «Seguimos viendo tasas obstinadamente altas de emaciación y un aumento preocupante del sobrepeso y la obesidad entre los niños pequeños», han alertado Fore y Tedros.
En las últimas décadas, los cambios en los sistemas alimentarios globales, incluidas las prácticas utilizadas para cultivar, distribuir, comercializar, consumir y eliminar los alimentos, significan que los alimentos más nutritivos y seguros son «demasiado costosos o inaccesibles» para millones de familias.
Y es que, tal y como han señalado los expertos, muchos recurren cada vez más a los alimentos procesados que son asequibles, ampliamente disponibles y comercializados agresivamente, pero que a menudo tienen un alto contenido de azúcar, grasas y sal no saludables.
«Una combinación tóxica de pobreza creciente, desigualdad, conflicto, cambio climático y COVID-19 está amenazando aún más los sistemas alimentarios y el bienestar nutricional de los niños, especialmente los de las comunidades y hogares más pobres y vulnerables», han insistido Fore y Tedros.
Por todo ello, han pedido a los países mejorar la calidad nutricional de los alimentos mediante la fortificación obligatoria de los alimentos básicos con micronutrientes esenciales, la reducción del sodio y el azúcar y la eliminación de las grasas trans producidas industrialmente en los alimentos procesados.
Además, han abogado por utilizar la compra pública de alimentos como palanca para promover dietas saludables e impulsar sistemas alimentarios sostenibles, por ejemplo, a través de escuelas, lugares de trabajo, hospitales y programas de protección social; y proteger a los niños de los efectos nocivos de la comercialización de alimentos y bebidas no saludables mediante medidas reglamentarias reforzadas y una mejor aplicación.
Dicho esto, Fore y Tedros han instado a los países a proteger y apoyar a las madres y cuidadores para que amamanten a sus bebés de manera óptima, incluida la protección materna y la licencia parental, y la implementación del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna.
Otras propuestas pasan por implementar políticas y prácticas de etiquetado nutricional obligatorias y fáciles de entender para ayudar a los niños y las familias a tomar decisiones más saludables con la información correcta; apoyar la alimentación y prácticas dietéticas saludables a través de los sistemas de alimentación, salud, educación y protección social con estrategias de comunicación fáciles de entender, coherentes y memorables.