Con la estampida de agosto en ciernes, son muchos los españoles que partirán a su lugar de vacaciones estos días. Especialmente en las grandes ciudades, el mes de agosto deja a la urbe en calma y miles de hogares vacíos y negocios con el cartel de “nos vemos en septiembre”.
Y es que la vulnerabilidad de las instalaciones se debe, fundamentalmente, a dos motivos: la habitabilidad, ya que los intrusos buscan instalaciones que estén vacías; y la accesibilidad, aquellos que tienen mayores puntos de acceso por puertas y ventanas, como villas independientes, chalets, trasteros, adosados, pareados o áticos.
Y si bien el número de intrusiones es bastante lineal a lo largo de todo el año (aumentando ligeramente durante el periodo estival), lo que sí es cierto es que se concentran en grandes núcleos urbanos y polígonos industriales por lo mencionado anteriormente. A pesar de esta linealidad, 7 de cada 10 españoles cree que el verano es la época más insegura, especialmente mujeres y residentes de grandes ciudades.
Quizá por ello, y según revela el estudio del Instituto Sonde para Securitas Direct, 1 de cada 2 españoles manifiestan su preocupación porque intenten robar en su casa durante su ausencia. Por este motivo, más del 76% asegura que toma medidas de seguridad en su vivienda principal, como el uso de puertas blindadas (46,29%), rejas (26,22%) o alarma (17,66%). Un 35% se plantea instalar alguna medida de seguridad este verano, siendo la alarma con conexión a central receptora la medida más popular.
¿Qué podemos hacer para evitarlo? Consejos de seguridad
En este sentido, los expertos de Securitas Direct hablan también del ideal de seguridad, es decir, aquel que combina elementos físicos con elementos electrónicos.
Los elementos físicos son todos aquellos que hacen que el ladrón invierta tiempo para acceder al hogar o negocio, y le obliga, además, a hacer mucho ruido para poder derribar esas barreras, dejándole más expuesto, como rejas, cerraduras, puertas blindadas.
Los elementos electrónicos son, ante todo, disuasorios y, en caso de que el ladrón decida finalmente acceder a la instalación, le apremian a abandonarla, como una alarma conectada a una central receptora de alarmas, o el dispositivo Zerovision que, además de disuadir, en caso de intrusión verificada, expulsa un humo denso y muy molesto que obliga al intruso a abandonar la instalación de inmediato. Un paso más en la lucha constante de los expertos de seguridad contra los amigos de lo ajeno.
Además de esto, hay que tomar en cuenta algunas pistas para afrontar con cautela nuestra salida del hogar y el negocio y que se podrían resumir en 8 consejos básicos:
- Asegurar la iluminación de exteriores durante la noche. Contar con algún punto de luz externa reduce el riesgo de robo.
- Revisar el estado de cerraduras. Las cerraduras de ventanas y puertas suelen deteriorarse con el tiempo. Realizar una revisión de las mismas reforzará la seguridad del hogar durante la ausencia estival. Y cerrar la puerta con vuelta de llave para evitar una intrusión por el sistema del resbalón.
- No dejar las ventanas abiertas. Es muy importante comprobar que todos los accesos de la vivienda están completamente cerrados antes de salir de viaje.
- No dejar objetos de valor a la vista desde el exterior de la casa, ya que un artículo de alto coste visible desde fuera de la vivienda puede aumentar la tentación.
- Dejar un aspecto de vivienda habitada durante la ausencia, como alguna persiana subida o pedir a un vecino que recoja el correo del buzón. Sería ideal incluir algún automatismo que, por ejemplo, encienta o apague las luces durante el día y la noche. También es importante desviar las llamadas al móvil. Un teléfono que no deja de sonar es sinónimo de que no hay nadie en la vivienda.
- Evita que los ladrones vigilen nuestros hábitos.
- No publicar información sobre las vacaciones en redes sociales. Eso evitará dar pistas sobre desplazamientos y ausencias a los posibles ladrones. Importante también desactivar la geolocalización de los dispositivos y aplicaciones móviles.
- No olvidar conectar el sistema de alarma o vídeovigilancia durante las vacaciones si se cuenta con uno, o pedir a un familiar o amigo que visite la vivienda para comprobar que todo está en orden.