No hay mayor placer que disfrutar del sol y del mar o un chapuzón en la piscina acompañado de una sangría tradicional bien fría y unos boquerones en vinagre bien blanquitos y en su punto perfecto. Un bocado y un buen trago, acompañados del placer del sol disipan rápidamente cualquier preocupación.
Los boquerones se disfrutan de muchas maneras, y en vinagre son una opción deliciosa que puedes tener en la nevera y disfrutar por un buen tiempo. Generalmente los boquerones pueden quedar con algunas vetas de sangre u oscuros en algunas partes de su carne, pero no hay nada de que preocuparse usando las técnicas adecuadas puedes lograr unos boquerones bien blanquitos y sabrosos.
Los primeros pasos para boquerones en vinagre blanquitos y divinos
Para conseguir unos boquerones perfectos, blancos y divinos, lo primero es comprar los mejores que consigas. Unos boquerones frescos, de ojos brillantes y carne firme, te van a garantizar el resultado que buscas. Huye de aquellos boquerones blandos y de ojos hundidos.
Una señal de que no debes comprarlos es si presentan carne blanda, ojos hundidos o de apariencia seca y un olor desagradable. Muchas veces se piensa que el pescado huele mal por naturaleza; y no es así, cuando está fresco tiene un agradable olor a mar muy característico y cuando comienza su proceso de descomposición es cuando comienza a tener un olor particular y desagradable.
Para que los boquerones queden hermosamente blancos, deben ser frescos, así estarán menos maltratados y su carne estará muy firme.
Solicita siempre al pescadero que limpie muy bien cada boquerón. En caso de que esto no sea posible, no te preocupes y límpialos en casa. El procedimiento no es complejo y quedarás con la satisfacción de haber garantizado tú mismo que estén realmente limpios.
La limpieza de los boquerones, y el truco más importante para que queden blancos
Para limpiar los boquerones los pasos a seguir son muy sencillos, simplemente introduce tu dedo por debajo de la cabeza y toca la espina. Luego desplaza tu dedo hasta el final de la cola y hala la espina rompiéndola en la parte de la cola; tira de esta y desprenderás así también la cabeza. Una forma más sencilla es romper la cabeza y halar la espina hasta llegar a la cola.
Luego de retirar muy bien las vísceras y de haber retirado la cabeza y la espina, es momento de lavar los boquerones. Para ello puedes colocarlos en un bol y cubrirlos con agua.
Sin embargo, el verdadero truco para obtener unos boquerones blancos, es lavarlos de la manera correcta. Para hacerlo, colócalos directamente bajo el grifo de agua bien fría y lávalos muy bien uno a uno.
Puedes colocar un bol e ir dejando dentro del mismo los boquerones que vayas lavando permitiendo que el chorro de agua fría vaya llenando el bol y estos se sigan lavando. Trata de tocarlos lo menos posible a partir de este momento, así evitarás maltratar la carne.
Cuando estén perfectamente limpios, colócalos dentro de un bol con agua, sal y hielo y déjalos reposar allí por un par de horas. Una vez que los retires del agua con hielo, verás como están perfectamente blancos. Hay quienes añaden bicarbonato; sin embargo, puedo asegurarte que haciéndolos como te estoy indicando, no será necesario.
El vinagre y la forma de preparación
Apenas este terminado todo el proceso de limpieza, que como ves no es nada complicado; es el momento de colocarlos en vinagre.
En un recipiente coloca un buen chorro de vinagre y dispón los boquerones con la piel hacia abajo. En el momento que cubras el fondo del recipiente, vierte un chorro de vinagre sobre los boquerones que colocaste y luego coloca el resto. En este paso es importante que entre cada capa viertas un chorro de vinagre, de esta forma quedaran bien cubiertos.
Cuando hayas culminado las capas de boquerones y vinagre, introduce el recipiente dentro de la nevera por dos horas.
El vertido del aceite y los pasos finales
Al transcurrir las dos horas dentro de la nevera y empapados solo en vinagre, es momento de sacarlos. En un envase aparte y que sea apto para congelar, vierte una cantidad generosa de aceite de oliva virgen extra y coloca una capa de los boquerones que ya estarán blanquitos. Espolvorea un poco de ajo finamente picado o en láminas y vierte otro chorro de aceite.
Tal como hiciste con el vinagre, solo debes hacer capas de aceite de oliva virgen extra, boquerones, y ajo hasta terminar de llenar el envase con el pescado. Termina con una cantidad generosa de aceite.
Cuando termines de hacer las capas es el momento de llevar al congelador. Es necesario congelar los boquerones por un lapso de 24 horas como mínimo a una temperatura menor a los -20°C. Este paso es completamente necesario para evitar los riesgos asociados a los anisakis. También es válido congelarlos apenas se compren y luego hacer la preparación en vinagre.
Al finalizar el tiempo requerido ya estarán en perfecto estado para consumirlos. Solo deberás retirarlos del congelador y permitir que se descongelen de manera natural. Nunca los descongeles en el microondas.
Para disfrutarlos sírvelos bien fríos y espolvorea un poco de perejil fresco. Tendrás los boquerones más blanquitos, firmes y divinos que hayas degustado y lo mejor: sin tener que añadir ningún ingrediente adicional. Ve por un par de cervezas que puedes enfriar en menos de un minuto y a disfrutar.