Hay pocas cosas que pongan de acuerdo a toda España, pero las croquetas lo sí que lo hacen. Elemento básico en bares y restaurantes de toda la geografía nacional, los amantes de este plato se pirran por ellas, pero ¡ojo! Una mala elaboración puede conseguir que este sabroso bocado se convierta en algo incomible, por eso tenemos que ser muy meticulosos en cada uno de los pasos de la receta (masa, rebozado, fritura, etc).
Y es que, si no dominas la elaboración, puede que no queden lo suficientemente crujientes, pueden abrirse, estallar, soltar la salsa bechamel y resultar en una croqueta simple. Presta atención a los consejos que hoy te damos y podrás presumir orgulloso de tus croquetas.
1LA HISTORIA DE LAS CROQUETAS
A lo largo de los siglos han surgido distintas preparaciones dependiendo de la situación en la que se encuentre el país en cuestión. En el caso de las croquetas, surgieron en la Francia entre el siglo XVIII y el siglo XIX, época en la que el país estaba pasando por una hambruna, en la cual abundaba la harina, y estas se preparaban para no desperdiciar los retos de carne de los estofados.
El creador de esta peculiar preparación se llamaba Antonin Carême, un famoso chef francés, conocido como “rey de los chefs y el chef de los reyes”. Este chef de reyes introdujo las croquetas en los banquetes reales bajo el nombre de croquettes à la royale. Curiosamente, la etimología de la palabra “croqueta” proviene del francés “croquer”, que significa “crujir” y de la cual su diminutivo es “croquette”.
A medida que las personas van descubriendo recetas y modificándolas según su disponibilidad o gusto, se puede perder la receta original, y generalmente puede costar lo suyo encontrarle el punto ideal de estas. La receta ha ido evolucionando hasta lo que es hoy, y exportándose a países como el nuestro, donde prepararlas ya es un arte. El buen resultado de las mismas, sin embargo, depende de lo bien o mal que sigas los consejos que hoy te damos, como el de saber cuántas horas enfriar la masa.