Iceta cambia de cartera medio año después de entrar en el Consejo de Ministros

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha sido nombrado este sábado ministro de Cultura y Deporte medio año después de entrar en el Consejo de Ministros, donde entró a finales de enero dirigiendo Política Territorial.

Su entrada en el Gobierno a principios culminaba una trayectoria de 43 años al servicio del socialismo, y con eso volvía a la política estatal.

Tras pasar por casi todas las posiciones del partido, recibió el premio de sentarse en el Consejo de Ministros de Pedro Sánchez después de haber dado un paso al lado y ceder la candidatura a la Presidencia de la Generalitat al ya exministro de Sanidad Salvador Illa.

La mayoría de la carrera de Iceta se ha desarrollado entre bambalinas, como ideólogo y asesor, si bien el foco se ha centrado en él en los últimos años tras asumir el cargo como primer secretario del PSC y por su papel entre los socialistas catalanes y el PSOE.

De carácter dialogante, el líder del PSC se caracteriza por un lenguaje cultivado en la lectura y por intervenciones muchas veces improvisadas con ingenio, intelectualidad y sentido del humor, aunque no ha rechazado la ironía ni el sarcasmo.

Es capaz de rebatir un argumento de forma rápida y sólida y, casi con la misma agilidad, de defender una campaña electoral bailando al son del ‘Don’t stop me now’ de Queen.

SOCIALISTA DESDE LOS 17 AÑOS

Nacido el 1960 en Barcelona, con 17 años se afilió al Partit Socialista Popular Català, bajo la órbita de Enrique Tierno Galván, y después se integró en las Joventuts Socialistes de Catalunya.

En 1984 entró en la Ejecutiva del PSC y su primer cargo público fue como concejal en el Ayuntamiento de Cornellà (Barcelona) entre 1987 y 1991 junto a José Montilla, antes de trasladarse a Madrid para trabajar entre bastidores en el Gobierno de Felipe González.

En esos años, primero como director del Departamento de Análisis del Gabinete de la Presidencia del Gobierno y después como subdirector de este mismo gabinete, conoció de primera mano los entresijos de Moncloa.

VUELTA A CATALUNYA

Tras cerrar una breve etapa como diputado en el Congreso, volvió a la política catalana de la mano de Montilla, con quien volvió a compartir liderazgo, convirtiéndose en viceprimer secretario de la formación.

Diputado del Parlament desde 1999, cuando fue uno de los primeros políticos españoles en declararse homosexual, y durante los años de los tripartitos fue portavoz del grupo parlamentario y ejerció como ponente de la redacción del Estatut.

PRIMER SECRETARIO DEL PSC

Tras la debacle electoral del PSC después del segundo tripartito, Iceta quedó en un segundo plano en el periodo en el que Pere Navarro tomó las riendas del partido, y, cuando éste salió en 2014, dio un paso al frente y se puso a liderar la formación en un momento crítico para los socialistas, afectados por el auge del independentismo.

En sus primeras elecciones catalanas como candidato a la Generalitat el 27 de septiembre de 2015 los socialistas obtuvieron los peores resultados de su historia –16 escaños– y un año después se celebró un proceso de primarias que le enfrentó a la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), Núria Parlón.

Pese a los malos resultados cosechados en los comicios, Iceta aguantó y se impuso en las primarias con un mensaje que llamaba a la necesidad de estabilidad en el partido y con el apoyo de figuras como el exministro Josep Borrell; el expresidente de la Generalitat José Montilla; de alcaldes como el de Tarragona Josep Fèlix Ballesteros y el de Lleida Àngel Ros; y exalcaldes como el de Barcelona Jordi Hereu, entre otros.

RELACIÓN CON SÁNCHEZ

Firme defensor de un proyecto federal para España –es uno de los ideólogos de la declaración de Granada–, Iceta se ha mantenido al margen de tomar partido en la sucesión del liderazgo del PSOE por considerar que el líder de los socialistas catalanes debía ser neutral.

Así, nunca hizo público su voto ni en las primarias que enfrentaron al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con Eduardo Madina, ni cuando se enfrentó a Susana Díaz.

Con todo, sí dejó claro su apoyo a la estrategia de Sánchez de rechazar una gran coalición con el PP, con su ‘no es no’ a Mariano Rajoy después de la repetición electoral del 26 de junio de 2016 en las que el PSOE obtuvo peores resultados que en los primeros comicios del 20 de diciembre de 2015.

Muestra de ello fue su intervención en la Fiesta de la Rosa (PSC) del 24 de septiembre de 2016, cuando pronunció una de sus arengas más recordadas: «¡Pedro, mantente firme, líbranos de Rajoy y del PP, líbranos, por Dios, líbranos de ellos! Estamos a tu lado, estamos contigo, aguanta, resiste a las presiones, intenta formar una mayoría progresista y de cambio. España no puede permitirse cuatro años más de PP. ¡No, por Dios, no!».

Pese a la dimisión de Sánchez, Iceta se mantuvo firme y el PSC rompió en el Congreso la disciplina de voto impuesta por la gestora que dirigía el partido, votando en contra de la investidura de Rajoy y provocando un cisma entre socialistas catalanes y el PSOE sin precedentes, que solo se acabó subsanando cuando el propio Sánchez se impuso a las primarias de mayo de 2017 a Susana Díaz y recuperó las riendas del partido.

VIAJE FRUSTRADO AL SENADO

La vuelta de Sánchez situó a Iceta como uno de los principales barones socialistas que daban apoyo al líder estatal, y ya como presidente del Gobierno, Sánchez quiso premiarlo situándolo en 2019 al frente del Senado, una aspiración que quedó truncada por el veto del independentismo.

La mayoría independentista en el Parlament rechazó designar a Iceta como senador autonómico –un paso necesario para ser nombrado presidente de la Cámara baja–, en lo que fue una decisión sin precedentes porque siempre los grupos habían apoyado a sus respectivos candidatos sin poner ningún obstáculo.

1-O

Antes de ese viaje frustrado al Senado, Iceta fue uno de los mayores opositores al proceso independentista que en 2017 llegó al denominado ‘choque de trenes’ durante las jornadas del 6 y 7 de septiembre de 2017 donde, con mayoría independentista de escaños, el Parlament aprobó las leyes de desconexión como preludio del 1-O.

Iceta se opuso a la aprobación de las leyes recordando que si una reforma del Estatut requería de dos terceras partes del hemiciclo, las leyes de desconexión necesitaban, al memos, del mismo respaldo, y alertó de que apostar por una declaración unilateral de independencia (Dui) podría traer consecuencias jurídicas a sus impulsores.

En los días y las horas previas a esa desconexión, Iceta trató de mediar entre los gobiernos catalán y español para evitar la ruptura y la aplicación del 155, pero no consiguió su objetivo y, finalmente, el Senado aprobó la intervención del autogobierno catalán con los votos del PSOE, aunque el expresidente Montilla se ausentó de aquella votación.

El EFECTO ILLA

Tras ver frustradas sus aspiraciones al Senado, Iceta decidió centrarse en la carrera a la Generalitat. El nivel de conocimiento y de aceptación de la figura el exministro Illa llevó a los socialistas a cambiar de estrategia y presentarlo como candidato a las catalanas.

CUATRO MINISTROS EN TRES AÑOS

Iceta sustituye a José Manuel Rodríguez Uribes, que llegó a la calerta de Cultura en enero del año pasado con la formación del Gobierno de coalición y en sustitución de José Guirao, que a su vez sustituía a Máxim Huerta, que estuvo en el cargo tan solo siete días.

Uribes ha sido también delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid y diputado y portavoz adjunto del grupo socialista en la Asamblea de Madrid. Además, ha sido director del Instituto de Derechos Humanos ‘Bartolomé de las Casas’ y director general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo y de Atención Ciudadana.