El jengibre es una raíz de origen asiático muy valorada en los boticarios y cocinas del mundo. Sus propiedades medicinales son ampliamente reconocidas y usándolo en diversas preparaciones culinarias resulta sumamente delicioso. En todas las comidas en las que se encuentra presente esta raíz milenaria, los sabores y fragancias se impregnan de un mágico aroma que a todos enamora.
Generalmente al momento de hacer un té o de utilizarlo en alguna receta, la piel del jengibre termina estorbando y queremos retirarla. Un truco muy difundido para pelar el jengibre es utilizar un pelapatatas; sin embargo, estos retiran más allá de la fina piel y terminan retirando buena parte de la pulpa. Por ello usar un pelapatatas o pelaverduras no es lo más recomendable.
Con todas las propiedades que contiene el jengibre, es una lástima que en nuestro afán de pelarlo, desaprovechemos unas buenas rebanaditas de este rizoma.
Para que puedas aprovechar al máximo el jengibre, es necesario tener presente aparte de la forma de pelarlos, la frescura que esto tengan cuando los adquieras. Un jengibre de calidad no solo será más fácil de pelar, sino que también te permitirá sacar el máximo provecho.
Cómo comprar un buen jengibre
Comprar un jengibre de calidad va más allá de ir y tomar algunos en un sitio bonito. Este rizoma debe lucir fresco para que puedas aprovecharlo sin ningún desperdicio.
- Si lo compras en el supermercado, debe encontrarse en un sitio limpio y fresco, preferiblemente refrigerado.
- Cuando lo levantes, debes sentir que es algo pesado. Esto indicará que contiene jugo en su interior. Si es muy liviano, esta es una señal de estarse secando por dentro. Esta característica denota que ya no es fresco.
- La piel debe ser suave y sin arrugas marcadas. A medida que se hace más viejo, se vuelve más rugoso y luce seco, así mismo puede presentar decoloraciones o puntos de moho blanco.
- El color de la piel ha de ser de un tono marrón claro, si la piel se muestra oscura o decolorada es señal de poca frescura.
- Revisa que la textura sea firme, un jengibre en buen estado no debe presentar áreas ni demasiado secas ni demasiado blandas, debe sentirse duro al tacto.
- El jengibre debe emanar su agradable y característico olor, si no huele a nada o huela a otra cosa, no lo compres.
Jengibre sin piel en un minuto
El jengibre no es liso, este rizoma es de superficie irregular y ello hace que sea un poco difícil pelarlo. Si está completamente limpio no es necesario pelarlo; de hecho, en la mayoría de los países asiáticos se les utiliza con su piel y solamente lo lavan y cortan. Ahora bien, si prefieres pelarlo, te contaré cuál es el método más sencillo y con menos desperdicio.
Para ello simplemente utiliza una cuchara pequeña; sí como lo lees, a la hora de pelar el jengibre no hace falta comernos la cabeza pensando en con qué herramienta utilizar. Cuando haces varios intentos terminas dándote cuenta de que el instrumento básico para hacerlo ha estado todo el tiempo al alcance de nuestra mano.
De hecho puedes facilitar aún más el proceso de pelar el jengibre, si lo colocas en un envase cubierto con agua tibia antes de rasparlo con la cucharilla; de esta manera la piel estará súper blanda y saldrá con extrema facilidad.
Otra forma de pelar el jengibre de una forma sumamente rápida y eficaz, es utilizando un cuchillo. En este caso, no lo raspes con la parte filosa, sino con el lomo del mismo.
Pela solamente la cantidad de jengibre que vayas a utilizar. Una vez pelado comienza a secarse y perderá su frescura.
Cómo conservar correctamente el jengibre
Es recomendable conservar el jengibre dentro de la nevera preferiblemente en la puerta de la misma y conservando la piel. Sin embargo también puedes conservarlo de otras maneras que faciliten su utilización en el momento oportuno.
- Guárdalo en una bolsa hermética. Simplemente introduce el jengibre dentro de la bolsa y extrae todo el aire antes de cerrarla. Puedes colocarlo en la bandeja de los vegetales. Con este método se conservará perfectamente crujiente y fresco por varias semanas. Puedes guardar un trozo que ya esté pelado con esta técnica y aprovecharlo por unos días más.
- Puedes congelar el jengibre y extender su tiempo de vida mucho más. Para ello, envuélvelo perfectamente en papel film. Una vez que esté completamente envuelto, introdúcelo en una bolsa de cierre hermético y extrae el aire antes de cerrarla. Coloca la bolsa en el congelador y tendrás jengibre fresco por unos cuantos meses.
- Para congelarlo también puedes hacerlo picado, para ello pela el jengibre y córtalo en pequeños pedazos. Coloca porciones sobre una bandeja e introdúcela en el congelador. Una vez las porciones estén perfectamente congeladas, introdúcelas en un recipiente con tapa hermética y lleva al congelador. Se mantendrá en buen estado hasta por seis meses.
- En caso de utilizarlo para cocinar, también puedes conservar en buen estado el jengibre pelándolo e introduciéndolo en un frasco y cubriéndolo con jerez o vodka. Si bien las bebidas alcohólicas alteran un poco su sabor, el vodka o el jerez preservaran mejor su sabor fresco en comparación con otras. Puedes preparar por ejemplo un divino lomo al horno.
Si bien el jengibre es altamente recomendado por sus excelentes propiedades, también hay ciertas condiciones de salud en las que es mejor controlar su ingesta e incluso evitarla por completo.