Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea van a enviar este jueves un nuevo mensaje de rechazo a los países que como Marruecos o Bielorrusia tienen su frontera con territorio europeo e «instrumentalizan» a los migrantes con fines políticos y para presionar a la UE.
«El Consejo europeo condena y rechaza todo intento por terceros países de instrumentalizar a los migrantes con fines políticos», indica el último borrador de las conclusiones que los Veintisiete negocian para su adopción durante la cumbre de líderes de la UE que se celebra este jueves y viernes en Bruselas.
La referencia al uso del flujo migratorio para presionar a la Unión Europea evita «voluntariamente» poner nombre a los países terceros a los que se refiere, según han explicado fuentes europeas consultadas, porque las capitales querían evitar establecer una «lista».
Sin embargo, las mismas fuentes conceden que la crisis de mayo en Ceuta por el paso masivo de migrantes con la connivencia de las autoridades marroquíes y el caso de Bielorrusia, que facilita el paso de refugiados iraquíes a Lituania, están en la raíz de este párrafo.
Un alto funcionario europeo confirma que el mensaje no está dirigido a un único país porque la situación de presión se está viendo «en diferentes puntos» de entrada a Europa.
Esta referencia se enmarca en un capítulo sobre migración previsto en las conclusiones escritas de la reunión de los 27 líderes, después de que el primer ministro italiano, Mario Draghi, reclamara un debate en profundidad del Consejo europeo sobre la gestión migratoria.
Draghi quería que los líderes abordaran cara a cara las dificultades para sacar adelante la reforma de la política común de asilo y migración, una revisión que permanece bloqueada desde hace años por las diferencias dentro de la propia UE, dividida entre los países en primera línea que piden más solidaridad de sus socios -como España, Italia y Grecia- y los que como Hungría rechazan de plano todo reparto de la carga de la acogida.
Por el momento, conscientes de que la cuestión de la solidaridad entre países y responsabilidad de cada uno es el principal escollo, los mandatarios se centrarán en la dimensión exterior del asunto, con el reto de reforzar la cooperación con los países de origen y tránsito de los migrantes que llegan de manera irregular a la UE.
De esta discusión se espera que los líderes pidan a la Comisión Europea que proponga «acciones concretas» y un «apoyo tangible» para los países terceros desde los que parten la mayoría de migrantes que buscan refugio en la UE.