Una comida que nos suele sacar de algún apuro es hacer un huevo frito. Cuando no tienes nada en la nevera, no te apetece cocinar o simplemente quieres disfrutar de un plato sencillo fríes unos huevos y sales del paso. Además, es algo que le suele gustar a todo el mundo, especialmente a los más pequeños de la casa que se lo pasan a las mil maravillas untando la yema con pan.
Pero hacer un huevo frito tiene su aquel. Es necesario coger la técnica para que hacer la puntilla o para que no se rompa la yema antes de tiempo. A continuación, te mostramos tres trucos infalibles para que no te salte el aceite haciendo un huevo frito.
1LOS BENEFICIOS DE COMER UN HUEVO FRITO
Antes se decía que no se podían comer más de dos huevos a la semana porque provocaban una subida del colesterol. Esto es falso y se ha descubierto que el huevo es uno de los alimentos más completos que están a nuestra disposición. Hacer un huevo frito no es la forma más sana de consumir este alimento si quieres perder peso, pero por un día no pasa nada.
Además, como la yema y la clara se exponen a altas temperaturas durante la fritura liberan sustancias que no se sueltan en otras elaboraciones. Se trata de unos péptidos que favorecen a reducir la presión arterial, es decir, la tensión. Lo ideal es tomar el huevo cocido, en tortilla o de cualquier otra forma antes que frito, pero ocasionalmente no va a suceder nada porque lo hagas.