Investigadores del Centre d’Estudis del Patrimoni Arqueològic (Ceparq) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) han descubierto en la Cova Gran de Santa Linya (Lérida) restos atribuidos a ‘homo sapiens’ de hace 14.000 años, a finales del Paleolítico superior.
Los restos prehistóricos de humanos modernos en la península ibérica son «muy escasos» y los hallados en este yacimiento del Prepirineo corresponden a una mujer, ha informado este miércoles la UAB en un comunicado.
La Cova Gran, en Les Avallanes-Santa Linya, preserva innumerables vestigios enterrados en los sedimentos que la conforman, que permiten reconstruir la historia de los últimos 50.000 años, desde los neanderales y los primeros ‘homo sapiens’ hasta los primeros agricultores y ganaderos.
Los investigadores, que estudian la Cova Gran desde 2002, habían encontrado registros materiales de entre 45.000 y 4.000 años de antigüedad, pero no se habían localizado hasta ahora restos óseos de los individuos que la habitaron.
Los restos recuperados, que se han dado a conocer este miércoles, corresponden a una mujer, que han bautizado como ‘Linya’, y los conforman dos fémur, uno de ellos conectado con la pelvis, así como huesos largos de las extremidades superiores e inferiores y falanges disperas: el cráneo y el esqueleto axial, pese a que están presentes, están poco representados.
La datación del estrato donde se hallaron los restos y una datación directa sobre uno de los huesos acotan de forma precisa que la mujer murió hace entre 14.350 y 14.100 años, en el Paleolítico superior, a finales del pleistoceno.
«PIEZA CLAVE»
«Los restos de Linya abren una nueva ventana para acercanos a las circunstancias de su muerte, pero también a su vida y la de los sus contemporáneos en la región y son una pieza clave para conocer la anatomía y el patrimonio genético de las poblaciones de cazadores-recolectores de final de pleistoceno», ha destacado el catedrático del Departamento de Prehistoria de la UAB Rafael Mora.
El estado de conservación de los huesos ha hecho necesario aplicar procesos de estabilización y preservación para los estudios futuros, que se están realizando en el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Iphes).
Los restos se encontraron dentro de un espacio considerado un receptáculo natural, delimitado por varios bloques de grandes dimensiones caídos de la visera del abrigo, y se está investigando si los huesos de las extremidades fueron desplazados hacia el cubículo.
Los investigadores han constatado que en este espacio se depositó el cuerpo completo de una persona que, a partir de la disposición de los fémures, reposó directamente sobre la tierra en posición de cubito supino, y se investiga para recuperar microresiduos que puedan indicar si el cadáver estaba cubierto con pieles o fibras vegetales.
«No se nos escapa la necesidad de ser cautos a la hora de afirmar que se trata de un entierro intencionado», ha afirmado el investigador del Ceparq Jorge Martínez-Moreno, y ha añadido que el tratamiento mortuorio entre los cazadores-recolectores puede ser un entierro intencionado, uno secundario, canibalismo o muerto accidental.
«MOMENTO CLIMATOLÓGICAMENTE CRÍTICO»
El intervalo temporal datado del depósito sedimentario, de entre hace 14.400 y 13.500 años, apunta que los pobladores del yacimiento vivieron un «momento climatológicamente crítico», según los investigadores.
Hace unos 14.700 años, las condiciones climáticas globales extremadamente frías viraron de forma súbita hacia un nuevo régimen climático similar al actual, que se caracterizó por un aumento de la temperatura y lluvias, que provocaron cambios ecológicos relevantes, un impacto que es poco conocido en el Prepirineo.
Los investigadores han considerado que el descubrimiento de ‘Linya’ permitirá modular las nociones sobre la anatomía de aquellos ‘homo sapiens’, «de los que se tiene un conocimiento menos precios que sobre los neandertales».