Investigadores del Sistema de Salud Montefiore y el Colegio de Medicina Albert Einstein de Nueva York (Estados Unidos) han confirmado, en un estudio publicado en la revista ‘Cancer Cell’ y en el que han participado 200 pacientes con cáncer, que la vacuna contra el coronavirus es segura y eficaz en las personas que padecen una enfermedad oncológica.
En concreto, los expertos observaron que el 94 por ciento de los pacientes en general demostraron seroconversión, que fue determinada por el presencia de anticuerpos contra la proteína de pico del SARS-CoV-2. Las tasas de respuesta fueron muy altas entre los pacientes con tumores sólidos y fueron más bajas en las personas con ciertos cánceres de la sangre, si bien la mayoría de esos pacientes presentaron una respuesta inmunitaria.
«Este estudio confirma que no es necesario que los pacientes esperen la vacunación hasta que terminen su quimioterapia o inmunoterapia. Los efectos secundarios de la vacunación observados en estas poblaciones no fueron sustancialmente peores que en otros grupos. Ni un solo paciente tuvo que ir a Urgencias o ser ingresado por los efectos secundarios de las vacunas«, han dicho los investigadores.
Este estudio ha sido el más grande de su tipo en analizar las tasas de seroconversión en pacientes con cáncer que han sido completamente vacunados. Estudios anteriores han analizado poblaciones mucho más pequeñas o han estudiado los niveles de anticuerpos después de solo la primera dosis de vacunas de dos dosis.
En las pruebas de suero para buscar niveles de IgG después de la vacunación, los investigadores encontraron que entre los pacientes con tumores sólidos el 98 por ciento mostró seroconversión. Entre los pacientes con cánceres hematológicos, la tasa de seroconversión fue del 85 por ciento.
A los pacientes que recibieron algunos tratamientos les fue peor que a otros. De hecho, aquellos que recibieron terapias para los cánceres de la sangre que funcionan al matar las células B (como las terapias con rituximab o CAR T) tuvieron tasas de seroconversión del 70 por ciento. Para aquellos que se habían sometido recientemente a trasplantes de médula ósea o células madre, la tasa fue del 74 por ciento.
Los investigadores dicen que una de las razones por las que sus datos son tan importantes es que incluyen a pacientes que tenían una amplia gama de cánceres y que se sometían a varios tratamientos diferentes.