Hace unos años, las copias de seguridad era habitual hacerlas en CD o DVDs. Pero con los años han ido surgiendo los lápices de memoria USB. Estos gadgets no son especialmente recomendables para guardar nuestros archivos y documentos, ya que no tienen un gran número de escrituras y los archivos pueden acabar dañados. Es por ello que es momento de recurrir a los discos duros externos.
Y teniendo en cuenta que cada vez usamos más datos y que los ordenadores más modernos no incluyen ya lectoras/grabadoras de CD/DVD es normal que ya no se hagan copias en otros medios que no sea en discos duros.
1Característica de los discos duros externos
En primer lugar, tenemos que comprobar si la conexión del dispositivo es suficiente. Se recomienda que el USB sea la versión 3.0, ya que utiliza el equipo del que estamos hablando además de usarse en portátiles. Además del contenido que se muestre, también es una buena opción que el dispositivo incluya un USB tipo C, o capacidad de Ethernet para compartir contenido con otros usuarios del mismo hogar a través del servicio de la nube por ejemplo.
En cuanto a la energía, los discos duros externos no siguen el mismo patrón que el uso de la batería en los portátiles. Esto quiere decir que los fabricantes no tienen ninguna restricción sobre la inclusión de la fuente de energía. Incluso algunos dispositivos pueden ser verticales u horizontales para intentar adaptar mejor el espacio que ocupa en el escritorio. Hay que prestar atención a las luces LED, ya que podemos ver el estado del dispositivo a través de ella.
Para ser considerado un buen disco duro externo, debe tener al menos una velocidad de 200 MB/s que permita procesar una gran cantidad de archivos sin tener que esperar mucho tiempo. Esto también va a ayudar a que los sistemas operativos como Windows y MacOS sean compatibles y ninguno ofrezca una mala experiencia.