La fabada asturiana es una de las recetas tradicionales españolas que han pasado de generación en generación dejando huella.
Este plato típico de la región de Asturias es de los preferidos al momento de rememorar las más antiguas tradiciones; aun cuando su origen es bastante humilde, es sin lugar a dudas un plato emblemático hasta nuestros días. Hoy presentaremos el paso a paso para que puedas realizar en casa este delicioso platillo.
Conozcamos un poco la historia de la fabada
El origen de la fabada se ubica en la comunidad autónoma de Asturias, región ubicada en el norte de España y que es reconocida mundialmente por la belleza de sus costas, la calidez de su gente y su deliciosa gastronomía.
La fabada asturiana es un platillo de origen humilde del cual se desconoce realmente su historia, sin embargo el origen de su principal ingrediente se remonta al siglo XVI, momento en el cual llegan a Asturias las primeras alubias procedentes de América. La tierra asturiana resultaría ser un terreno fértil para el cultivo de estas delicias llegadas de tan lejano continente.
En el año 1880 ya se mencionaba la existencia de un plato en Asturias que se basaba principalmente en la materia prima que con mayor facilidad se obtenía en esas tierras, la conocida faba.
Los asturianos se valían de lo que el medio les ofrecía para preparar platos deliciosos y nutritivos; así que, al tener en la faba una fuente inagotable de alimento, decidieron añadirle carnes y realizar con ellas un platillo más completo.
Con una mezcla extraordinaria entre fabas, carne de cerdo, morcillas, chorizos y especias, los asturianos lograron la creación de un plato que sería emblemático de su cocina.
¿Qué lleva la tradicional fabada?
Lo primero con lo que se debe contar para preparar una auténtica fabada asturiana obviamente son las fabas. Es importante recalcar esto; pues no cualquier haba hace una buena fabada. El resto de los ingredientes se basan en carne de cerdo y sus derivados.
Ingredientes:
- 500 gramos de fabas
- 250 gramos de panceta asturiana
- 2 chorizos asturianos
- 2 morcillas asturianas
- 200 gramos de hueso de jamón
- Azafrán
- Sal al gusto
- Agua
Preparación:
Tal como hemos señalado, no cualquier alubia sirve para preparar una fabada, por esta razón el primer paso debe ser la selección de las fabas. Las fabas de Asturias tienen unas características gastronómicas muy apreciadas, su tamaño es superior al de una alubia común, pero no solo eso marca la diferencia, pues también tienen gran sabor y una inigualable textura al ser cocidas.
Las fabas deben extenderse en un mesón y seleccionar aquellas que estén sanas, se procede a lavarlas muy bien y a dejar en remojo por al menos 12 horas. (lo ideal es dejarlas remojando durante toda la noche previa a su preparación)
Con la panceta y el hueso de jamón se debe hacer el mismo procedimiento, ambas piezas es aconsejable dejarlas en remojo, cubiertas con agua templada durante la noche; de esta manera se eliminará el exceso de sal que puedan contener.
¡Ha llegado el día de la cocción!
Llegado el día de la cocción, se deben escurrir las fabas y llevarlas a una olla no muy alta cubriéndolas con agua hasta taparlas sobre los dos dedos, (la cocción tradicional se lleva a cabo en una vasija de barro; así que si cuentas con una puedes realizar la preparación de forma aún más apegada a la tradición).
Cuando rompa en hervor se agregan el hueso de jamón, las morcillas, los chorizos y la panceta. Las morcillas y chorizos deben permanecer en la parte superior durante todo el proceso de cocción.
A medida que avanza la cocción se debe ir retirando la especie de espuma resultante sobre la preparación, este es un procedimiento sencillo, para el cual solo se necesita una cucharilla que nos permita retirarla.
Tras haber transcurrido media hora de la cocción es el momento de añadir las hebras de azafrán, el cual otorgará el aroma y color característico a la fabada tradicional.
En este punto se debe bajar el fuego y se procede a añadir sal al gusto, es importante verificar el nivel de sal, pues el tocino y el hueso de jamón aportan también un importante toque de salinidad a la preparación.
El tiempo de cocción de una buena fabada gira en torno a las dos horas, durante este tiempo es importante agregar agua fría en un par de ocasiones, esto con la intención de que las fabas detengan y reinicien su proceso, logrando así la textura ideal.
Presentación del plato
Transcurrido el tiempo estimado de cocción, y verificando que las fabas estén tiernas, es necesario dejar reposar la fabada por al menos un par de horas antes de servir.
Se retiran las morcillas, chorizos y hueso de jamón; estos se reservan hasta el momento de ser presentado el plato, momento en el que deberán cortarse de forma generosa para colocarlos sobre las fabas servidas en un plato hondo.
Tradicionalmente, la fabada asturiana se prepara para ser consumida de un día para otro, de esta manera se garantiza la fusión perfecta de sabores.
Ya puedes disfrutar de un plato sencillamente delicioso y preparado por ti.
¡Buen provecho!