El tío del acusado de matar a sus padres: «Era una bomba lo que tenían dentro de casa»

El tío del hombre acusado de matar a sus propios padres y hermano a puñaladas en el barrio alicantino de Juan XXIII en septiembre de 2018 ha confirmado ante el tribunal del jurado que las «broncas» y las «amenazas» en la vivienda del núcleo familiar eran «constantes» debido al problema del procesado con las drogas: «Era una bomba lo que tenían dentro de casa».

Asimismo, ha calificado a su sobrino como un «criminal» y ha insistido, a preguntas del ministerio fiscal, en que los hermanos «siempre estaban enganchados con peleas y discusiones por cualquier cosa».

«Era una persona violenta, conflictiva y problemática», ha concluido el hermano de la mujer asesinada, que ha explicado a la sala que él y su sobrino se llegaron a coger del «pescuezo» en alguna ocasión. Por contra, ha confirmado también que el hermano del acusado «no era así» y que este último «era muy tranquilo» cuando no consumía o se desintoxicaba.

En la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Alicante se han escuchado este martes las declaraciones de familiares, vecinos y amigos de las víctimas así como las de las patrullas de Policía Local y Nacional que participaron en el operativo.

Los familiares han confirmado ante el tribunal del jurado los problemas que había en el núcleo familiar debido a que tanto el acusado como su hermano consumían alcohol y drogas, un escenario que había «tensado» la convivencia en el domicilio.

Asimismo, se ha matizado que el comportamiento del hermano «no era igual» que el encausado y, al mismo tiempo, nadie del entorno ha asegurado que sufriera problemas mentales o que padeciera esquizofrenia.

Por su parte, los vecinos del edificio han afirmado que escucharon arrancar el coche del padre hacia las 5 de la mañana y que la madre se había marchado a trabajar. Así las cosas, han asegurado también que esa misma mañana escucharon a la mujer pedir auxilio al grito de «socorro» y que escucharon al acusado responder: «Cálmate mamá, cálmate».

No obstante, han agregado en su declaración que no dieron «mucha» importancia a las expresiones porque poco después «se hizo el silencio» e intuyeron que se había marchado al médico al poder ser un posible golpe de calor. Aún así, la vecina ha confirmado también que las peleas y discusiones, en algunos casos «violentas», del acusado con su hermano y con su padre sucedían «todos los días» por problemas de drogas.

WHATSAPP DE LA MADRE

Uno de los detalles que ha recogido la investigación y que ha sido expuesto este martes ante el jurado ha sido la posibilidad de que el hijo se hiciera pasar por su madre en WhatsApp para avisar de que no podría ir a trabajar ese viernes al encontrarse «mala» y con «angustia».

Una compañera de trabajo de la víctima ha declarado para confirmar que recibió un mensaje de WhatsApp el viernes por la mañana en el que le avisaba que no acudiría a su puesto de trabajo y que «no podía hablar por teléfono». «Me contestó ‘ay cariño’, cuando no era muy habitual, y me dio muchas explicaciones cuando no solía hablar casi por WhatsApp», ha expuesto la testigo.

Asimismo, ha afirmado ante la Sala que mantenía una «relación diaria» con la mujer y que esta le había contado en numerosas ocasiones las «amenazas» y el «acoso» que sufría por parte de su hijo. «La llamaba para pedirle tabaco y dinero para drogas; le daba el dinero en efectivo los viernes porque prefería tener 50 euros y esconderlos a no tener nada a final de mes», ha añadido la testigo.

Por último, ha agregado que recomendó a la víctima denunciar y «abandonar» a su hijo ante la situación que se había generado y que, sin embargo, de su otro hijo hablaba «muy bien». «Ella no quería, ‘es mi hijo’ me decía, ‘no lo puedo dejar en la calle’ me respondía».

«EL CUCHILLO ESTÁ EN EL ASEO»

Por otro lado, también han comparecido las patrullas de Policía Local y Nacional que participaron en el operativo que se llevó a cabo en la vivienda, así como el instructor de la Unidad de Homicidios y el encargado del reportaje fotográfico de la Policía Científica.

Los efectivos municipales han señalado que en el momento de la entrada a la vivienda el acusado se encontraba en la cocina, sentado con un trapo que le tapaba una herida, y que dijo que había tenido una discusión con el hermano y que después había abandonado la casa. No obstante, al ser preguntado por el arma, respondió: «El cuchillo está en el aseo».

El encausado relató a los agentes que debido a la fuerte discusión, una patrulla de la Policía se había personado en la vivienda y que, por el miedo, se escondió en el aseo. Después salió de la vivienda y al volver se halló con toda su familia muerta.

Sin embargo, el instructor ha relatado que la conclusión de la investigación ha determinado que había signos de lucha y de peleas en la vivienda y que las muertes se habían producido de manera escalonada, tal y como sostienen las acusaciones. Finalmente, casi dos días después y al ver que «no tenía salida», intentó limpiar parte de la escena del crimen y, tras supuestamente autolesionarse, llamó al 112.

Además, se ha manifestado que un mes antes de los hechos hubo una intervención policial ante las amenazas y las «trifulcas» entre el acusado y el padre. Pero se ha descartado que el mismo día de lo ocurrido, tal y como relata el acausado, se personara la Policía en la vivienda por la pelea.

La Policía Científica ha señalado también que las marcas de sangre recogidas en la habitación del acusado eran de autolesión y que la principal hipótesis descarta una intervención externa. Asimismo, el destornillador usado para desmontar el picaporte de la puerta de la habitación del hermano se encontró en el dormitorio del acusado.