Aunque estamos viviendo una época difícil, los regalos publicitarios pueden ayudar a muchas empresas a salvar la situación. Es cierto que 2020 fue un año que difícilmente se olvidará: a la crisis sanitaria provocada por la pandemia del nuevo coronavirus le siguió, como se esperaba, una crisis económica que está afectando a multitud de empresas en nuestro país. No se trata solo de cifras macroeconómicas reflejadas en la caída del PIB o el aumento del paro. Los datos de 2020 muestran una caída interanual del 4,3% en el índice de ventas del comercio minorista, según las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística el 28 de diciembre.
Sin embargo, la situación empieza a mejorar, tanto en lo sanitario como en lo económico. Las vacunas son la gran esperanza y si todo avanza como está previsto y sin contratiempos, la inmunización de un porcentaje importante de la población podría permitir una progresiva reapertura que, sin duda, dinamizará toda la economía.
En este contexto, las pequeñas y medianas empresas tienen ante sí un reto de cara al previsible ciclo económico positivo: mantener a los clientes que ya tienen y darse a conocer entre quienes no las conocen aún. Las crisis son momentos difíciles, pero también suponen una oportunidad. El reto está en saber aprovecharla.
Los regalos personalizados, un método eficaz para darse a conocer
Los regalos personalizados son una de las mejores estrategias para fidelizar a los clientes que ya conocen los productos y servicios de una empresa, y para que los clientes potenciales la conozcan. Se trata de una de las técnicas de merchandising más contrastadas desde hace ya muchos años, y viene siendo usada tanto por las mayores empresas del mundo como por pequeños negocios locales.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de regalos personalizados? Se trata de objetos bastante económicos de producir y adquirir para la empresa, que de esta forma no tiene que realizar una gran inversión, pero que en realidad le pueden producir un gran rendimiento. Por ejemplo: llaveros, tazas, camisetas, gorras…
Cuando una empresa regala a su cliente uno de estos productos, obtiene un doble rendimiento: por un lado, le permite mejorar su imagen de marca ante el consumidor, que guardará un buen recuerdo de la empresa si el regalo es útil; por otro, obtiene de forma casi gratuita un soporte publicitario: el producto es una forma de que la marca se dé a conocer entre los contactos del cliente original, que difundirá la marca sin apenas coste para la empresa.
Hoy en día es posible hacer encargos muy económicos a empresas especializadas en regalos publicitarios, que ofrecen a las empresas una gama casi inacabable de regalos publicitarios.
Ahora bien, los expertos en marketing siempre advierten de que un regalo publicitario debe cumplir dos condiciones para ser eficaz. En primer lugar, debe tratarse de un objeto de uso habitual. Si se entrega al cliente algo que va a dejar apartado en un cajón o que va a tirar a la basura, el regalo no reforzará el vínculo entre la marca y el cliente, y este no difundirá la marca usándola.
En segundo lugar, el regalo de empresa debe permitir una buena visibilidad de la marca, logo o símbolo de la empresa. Esto está relacionado con el segundo objetivo: si la empresa quiere que el regalo la dé a conocer, deberá identificarse de forma clara con la empresa. Por eso, el logo debe estar colocado en un lugar bien visible, de modo que los compañeros de trabajo, los amigos o las personas con las que se cruza el cliente vean sin dificultad, casi sin querer, la marca en la taza, la camiseta o la bolsa que la empresa le ha regalado.
¿Qué regalos personalizados se pueden realizar?
Partiendo de estas premisas, las posibilidades de regalar un objeto útil a los clientes son muchas. A modo de ejemplo:
– Ropa: la razón de que haya tantas sudaderas y camisetas con el logo de una marca no textil es, precisamente, su utilidad como regalo publicitario. Se trata de una fantástica publicidad gratuita, puesto que quien lleve esa prenda difundirá de esa marca forma muy eficaz: todos nos fijamos en lo que dice una camiseta o sudadera.
– Material de oficina: los bolígrafos o las libretas son uno de los grandes clásicos del regalo promocional. Puede que no sea original, pero son eficaces cumpliendo las características básicas: si necesitamos una libreta o un bolígrafo, echaremos mano del que encontremos. Además, muestran la marca de forma muy eficaz, porque se inscribe en un material de uso habitual en oficinas.
– Mascarillas protectoras: ojalá no fuese necesario llevarlas, pero mientras llega ese día, las mascarillas se han convertido en un objeto cotidiano. Por ese motivo, regalar una mascarilla es una buena idea desde el punto de vista del marketing: es barato, es eficaz y es útil. Hay que tener en cuenta que la visibilidad es total, pues estamos obligados a llevar mascarilla y esta se coloca en la cara, de modo que cualquier interlocutor debe verla.
Estas son solo algunas ideas, pero hay decenas de regalos que puedes hacer. Como explican en este artículo de Trusted Shops, se trata nada más, y nada menos, que de ganarse el corazón del cliente.