El pescado es uno de los alimentos mejor posicionados en cuanto a beneficios para la salud se refiere, y es que es capaz de otorgar muchas propiedades beneficiosas a nuestro organismo. Lo mejor de todo, es que existen muchos tipos, los cuales pueden ser preparados de distintas maneras, según se adapten a nuestros gustos y necesidades y puedes ser que te preguntes si son más nutritivas frescas o enlatadas.
El día de hoy hablaremos acerca de un pescado específico, nos referimos a las sardinas. Y es que este pequeño pescado azul también es muy nutritivo y sabroso, pudiendo encontrarlo desde presentaciones enlatadas y condimentadas con salsas y aceites, hasta frescas para ser cocinadas a nuestro gusto y sazón y contienen serotonina.
Sin embargo, uno de los puntos débiles de cocinar sardinas es que suelen llenar toda la casa su olor particular, el cual es bastante fuerte. Por eso, el día de hoy te enseñaremos a preparar sardinas sin que el olor inunde tu casa.
Sardinas en papillote
Esta es una de las maneras más sencillas y prácticas de preparar las sardinas y prevenir el fuerte olor que desprenden, además, posee diversos beneficios. Por un lado, puedes prepararlas en una sartén, en una plancha, o hasta en un horno, por lo cual no habrá excusas para hacerlas. Por otro lado, puedes condimentarlas con sabores aromáticos que te aporten las hierbas que prefieras, con limón o con algún otro aderezo que elijas.
Por si fuera poco, no será necesario agregar algún tipo de aceite o grasa, pues con la que la sardina desprenda bastará para que no se peguen, el cual suele ser uno de los principales problemas de las sardinas cuando se cocinan en sartenes que no están en las más óptimas condiciones. También se utilizará papel para hornear o de aluminio.
El único punto débil que esta receta presenta es que no quedará su capa crujiente como si fueran fritas o a las brasas, pero a cambio de eso, obtendrás unas sardinas muy jugosas y con bastante sabor. A estas, puedes agregarles un poco de puerro, cebolla, zanahoria en trozos, o hasta algunas lonjas de limón y especias aromáticas de tu preferencia.
Te recomendamos el uso de sardinas sin cabeza ni tripas, además, deberás realizar un envoltorio lo suficientemente grande como para que no se amontonen entre ellas. También debes saber que no será buena idea preparar una cantidad superior a cuatro o cinco por paquete, así que no te excedas con las cantidades.
Estas las puedes hornear a una temperatura de 180 grados centígrados entre una cantidad de 10 a 15 minutos. Por otro lado, si las preparas en una sartén, hazlo a fuego alegre por unos tres o cuatro minutos en cada lado del envoltorio.
Deberás tener bastante cuidado al momento de voltearlas, pues te podrías quemar y las sardinas se pueden desmontar. También debes estar atento al momento de abrirlo, pues el vapor que puede salir del interior es capaz de quemarte, así como el jugo que se forma en medio de la cocción del pescado.
Utilizando un soplete
Lo primero que debes saber es que estos sopletes de cocina no son caros, incluso, los puedes encontrar desde 10 euros. Estos no ocupan mucho espacio, y además, son muy útiles, y se pueden utilizar para muchos platillos.
Estos se suelen usar para caramelizar, quemar los restos de las plumas en pollos, pavos o patos, y también para dorar queso, flambear tostar merengue o asar de manera veloz la piel de algunas verduras y así lograr pelarlas de una mejor manera. Sin embargo, entre esa gran cantidad de usos, también podemos hallar que son altamente útiles para preparar sardinas sin generar mucho olor de una manera muy rápida y sencilla.
¿Cómo preparar las sardinas con soplete?
Lo primer que harás será colocar las sardinas en filetes limpios de escamas y espinas sobre alguna superficie que sea resistente al calor que vendrá de la llama del soplete. Ahora pasa la llama por toda la superficie del pescado y estarán listas para agregarlas a cualquier plato. ¡Demasiado fácil!
Además, si quisieras resolver el platillo completo, puedes colocarlas sobre una tostada con pimientos del piquillo en conserva. ¡Una delicia absoluta!
Sardinas al horno
Esta es otra alternativa que no es realizada en una plancha como tal, sino en con otro método de cocción, pero que afortunadamente no te dejará tu casa llena del fuerte olor a sardinas, pero para esto, tendrás que utilizar algunos trucos que te daremos a continuación.
Trucos a utilizar
Primeramente necesitarás usar sal gruesa, de igual modo, algunas hierbas aromáticas como lo son el tomillo o el romero, además de las sardinas enteras (sin limpiar las tripas, pues por allí podría meterse la sal y generar que mordamos un grano de ella, lo cual sería desagradable).
Coloca una base en una bandeja utilizada para cocinar platos al horno, allí agregarás las hierbas aromáticas que escogiste, y procederás a calentarlas a una temperatura de 200 grados centígrados. Cuando la sal y la bandeja ya se hayan calentado, coloca allí las sardinas, y por encima cúbrelas de la sal gruesa.
Hornea todo por 12 minutos, dándole la vuelta cuando hayan transcurrido 6 de estos (eso lo harás girando la bandeja para que las sardinas de atrás ahora queden adelante). Ahora retira la sal con mucho cuidado, y de inmediato coloca en el horno aún caliente un recipiente que soporte el calor, el cual contenga agua y zumo de limón o vinagre, esta será la clave para eliminar los malos olores que pudieran quedar.
También puedes utilizar sal y clara de huevo en lugar de solamente sal.
Fritas y con mucho menos olor
Si ninguna de estas ideas te han convencido y lo que quieres son unas sardinas fritas y crujientes, lo que puedes hacer es remojarlas en leche y sal por media hora dentro del refrigerador. Luego de esto, escúrrelas muy bien, córtales la cabeza y la cola, y ponlas a freír. De esta manera, podrás notar como su fuerte olor disminuye a gran escala. Además, te aconsejamos realizar todo este proceso con las ventanas abiertas.