Siempre han tenido mala fama, pero adoptar un gato negro como mascota es una de las mejores decisiones que puedes tomar en toda tu vida. A día de hoy, son pocas, aunque quedan, las personas que los demonizan, si bien, son los gatos negros son los que menos se demandan en las protectoras de animales. Misterios y muy especiales, estos felinos están ansiosos de afecto, pero la creencia a lo largo de la historia, que los asociaba con la brujería, la mala suerte, la magia negra. Y es que durante la edad media se creía que las brujas (mujeres adelantadas a su tiempo) se podían convertir en gatos negros a voluntad.
Sí, no lo dudes más, la respuesta es afirmativa, si quieres adoptar, que sea un gato negro. No te arrepentirás, te lo aseguro y tu vida cambiará por completo. Te volverás completamente gatuna. Deja los prejuicios, supersticiones y supercherías de lado y atrévete a vivir la aventura de adoptar a un gato negro.
1Son dulces y cariñosos
Son nocturnos, tienen un enorme instinto de supervivencia y a la mínima, se esconden. Si no quieren, no podrás encontrarlos. Los gatos negros son cariñosos, dulces y leales, pero hubo un tiempo en que la leyenda oscura que rodeaba a los gatos, llego a ser tal, que se llegó casi a acabar con ellos por completo. La gente los mataba, lo que provocó que las ratas camparan a sus anchas. Como resultado, la peste negra, que mató a millones de personas en todo el mundo.
El color del gato, determina su carácter y los gatos negros, son muchos más afables que los blancos, por ejemplo, que por lo general son más serios y menos cariñosos. Suelen mantener una estrecha relación con sus humanos y les encanta dormir pegados a ellos.