Se nos gastó el amor de tanto usarlo. No todas las relaciones acaban siendo un idilio eterno, porque no siempre damos con esa media naranja que nos va a acompañar por el resto de nuestros días. Y eso trae consigo afrontar un proceso que suele ser bastante duro cuando hay amor de por medio: la ruptura amorosa.
¿Existe alguna forma de hacer que este proceso sea más llevadero? Lo cierto es que sí. Existen formas, caminos, pequeños trucos que te pueden ayudar a sacar partido de esta situación y superarla como una persona mucho más madura, más autoconsciente y más segura de sí misma. ¿Cómo? Pues eso es lo que queremos contarte.
¿Cómo superar una ruptura amorosa?
No existe un manual perfecto para superar el fin de una relación amorosa, pero sí que hay pasos a seguir, recomendaciones que vienen genial para que este trámite por el que vas a pasar, muy vinculado a un duelo, sea algo mucho más llevadero. De hecho, se podría decir que el fin de una relación puede ser algo totalmente constructivo para las dos partes que se separan.
Y puede sonar a locura, sobre todo cuando es una ruptura reciente, pero es totalmente cierto. Si sabes bien cómo superar una ruptura amorosa, saldrás de esta como una persona mucho más fuerte, más segura y más capaz. Pero, sobre todo, saldrás de esta como una persona que se conoce mucho mejor a sí misma y es plenamente consciente de sus posibilidades y sus limitaciones.
Si quieres todo eso, tienes que empezar por saber cómo avanzar cuando se acaba una relación, y eso es justo lo que te vamos a explicar a continuación:
Anular el contacto con esa persona
Guardar la distancia es una de las maneras de empezar un proceso de duelo, según lo recomendado por el blog belifers. Es difícil reducir el contacto con una persona que ha podido significarlo todo para ti, sobre todo si estabais acostumbrados a apoyaros el uno en el otro a diario. Puede que os sigáis llevando fenomenal y que sigáis disfrutando de la compañía como amigos, pero no os hacéis ningún favor.
La mejor manera de ir asimilando la ruptura es distanciarse y anular el contacto. Puede resultar complicado al principio y puede hacerse muy cuesta arriba, pero es la única forma real de empezar el proceso de duelo y empezar a asimilar que la relación ha terminado de verdad. También te servirá para aprender mucho sobre ti y sobre quienes te rodean, además de abrirte puertas a nuevos frentes. Es difícil, pero hazlo.
No buscar culpables
Por muy fácil que pueda resultar echarle la culpa a otra persona, o a ti misma, no lo hagas. Una relación es cosa de dos y, si se rompe, también es por cosa de los dos. Los dos sois igual de protagonistas en esto, así que se podría decir que ambos tenéis la misma culpa. No busques responsabilidades, no te obceques en buscar motivos, simplemente déjalo estar.
Sí que es conveniente hacer un poco de análisis y pensar en qué puede haber llevado a esa situación, pero no con la finalidad de subrayar a una persona u otra como culpable. Hazlo para aprender de tus posibles errores, para reflexionar sobre ello. Pero también limítalo, porque puede sumergirte en un bucle destructivo.
La gestión emocional es muy importante
Lo más complicado en una ruptura amorosa es saber controlar las emociones, o más bien, saber qué es lo que sientes y por cuánto tiempo debes sentirlo. Es natural que te sientas mal, que tu malhumor incremente, que notes mucha nostalgia o tristeza. Es completamente normal, hay un fuerte sentimiento en una relación de pareja y, cuando se rompe, muchos de nuestros esquemas también se rompen.
Pero no hay que olvidar que todo este proceso no es más que una fase emocional, que bien se asemeja al duelo. Por eso, reflexiona también acerca de lo que sientes y de por qué lo sientes. Gestiónalo, apróvechalo para entenderte. Te darás cuenta de que, poco a poco, vas mejorando. Y si no es así, trata de controlarlo. Es normal que haya malestar, pero no puede ni debe ser eterno.
Llevarse bien con la soledad
Aprender a estar sola es, prácticamente, el primer paso a seguir en cualquier ruptura. Generalmente, cuando se acaba una relación, uno de los primeros padecimientos que se tienen es la eremofobia, o el miedo a estar sola. Mantener una nueva rutina en la que no está esa otra persona puede ser complicado al principio, de hecho es algo que genera bastante ansiedad en muchas ocasiones.
Pero nada más lejos de la realidad. Debe aprovecharse para conocerse mejor a una misma, para empezar a buscar otras actividades con las que entretenerse, para explorar nuevos frentes… A veces, estar sola es la mejor forma de crecer como persona. Pones a prueba tus límites, descubres todo de lo que eres capaz de hacer sin ayuda de nadie. No lo afrontes con miedo, sino con curiosidad.
Si necesitas ayuda, pídela
Es cierto que la independencia es algo que todos debemos construir, sobre todo cuando se está superando una ruptura amorosa. No obstante, a veces es necesario contar con ayuda, sobre todo cuando se está pasando por un bache especialmente complicado. En casos así, no lo dudes ni por un segundo. Tratar de hacerte ver como una persona fuerte y sin necesidad de nadie es construir una fachada absolutamente innecesaria y perjudicial para ti misma.
Apóyate en tu familia, apóyate en tus amigos. Están ahí para ayudarte cuanto necesites y para que descubras que tienes a tu lado personas que te quieren y te empujarán cuando más te haga falta. No abuses de su confianza ni de su ayuda, pero apróvechala y, sobre todo, disfruta de ella. Te darás cuenta de que, en el fondo, estás incluso mejor que antes.
Estos pasos funcionan muy bien en cualquier ruptura sentimental. Aun así, cada persona debe buscar su camino y, sobre todo, tener muy claro que debe seguir adelante y avanzar, no estancarse en una situación que ya no existe. Esa es la premisa principal sobre la que se ha de erigir el resto.