El FC Barcelona entra en su etapa decisiva en la temporada en su mejor momento y con un nuevo presidente en el cargo. Joan Laporta ha sido elegido como nuevo mandatario de la entidad catalana; pero esa es solo una de las buenas noticias que abundan en el club, que en lo deportivo hace soñar a todos los aficionados. Con Ronald Koeman al frente ha logrado dotar de una identidad de juego más reconocible al Barça; además de que los resultados han mejorado mucho; y los goles al fin están llegando. La realidad es que el doblete de Liga y Copa del Rey es muy posible; porque a pesar de que están a cuatro puntos del Atlético de Madrid y aún falta disputar la final de Copa ante el Athletic Club, las esperanzas están a tope de una afición que quiere evitar otra temporada en blanco.
Aunque las buenas noticias abunden, la verdad es que no se puede ocultar debajo del tapete todas las desgracias que hasta hace poco asolaban al Barcelona. Cierto es que poco a poco se puede ir saliendo de los escándalos y que los buenos resultados deportivos pongan más cerca los títulos que ayuden a salir de la crisis deportiva; pero la verdad es que con el aspecto institucional todavía quedan muchos asuntos enlodados. La llegada de Laporta da esa estabilidad que faltaba, el problema es que eso no quita de un plumazo toda la gran deuda que dejó Josep Maria Bartomeu y su terrible gestión, ni tampoco resuelve ese tema que trae de cabeza a todo un barcelonismo que teme lo peor: la salida de Lionel Messi al acabar su contrato en verano. Con ese panorama, el nuevo mandatario sabe el camino duro que le espera y se pondrá mucho peor.
Laporta sabe que las cuentas empeorarán
Frente a esta crisis económica que atraviesa el conjunto catalán, Laporta y toda su directiva no quedaron muy convencidos con las cuentas que presentó Bartomeu antes dejar el cargo; por ese motivo se decidió hacer una auditoria y, tal como se temía, la situación es más grave de lo que parece. Según desveló ‘Esport3’, las cuentas salieron mucho peor de lo esperado y durante las próximas temporadas, el nuevo presidente azulgrana deberá arremangarse lo más que pueda; esto debido a que tendrá solo pérdidas sin tener beneficio alguna, al menos hasta la temporada 2022-2023. No obstante, la auditoria se realizó y arrojó esos pésimos resultados económicos al contar con dos premisas muy importantes: la primera es que se consiga la renovación de Messi esta campaña y la segunda es que se haga el fichaje de un crack, ya sea esta temporada o la próxima.
En lo primero el trabajo va bien encaminado, pues la relación entre el Laporta y Messi es tan fluida que las posibilidades de extender su vínculo con el club azulgrana una vez más, si que crecieron al momento en que el abogado catalán ganó las elecciones. Y en cuanto a lo segundo, ya los contactos para tratar de convencer a Erling Haaland comenzaron; porque a pesar de que todo parece encaminado y el jugador preferiría recalar en el Real Madrid, la relación de Laporta con el agente del noruego, Mino Raiola, y el hecho de que este y su padre estén en Barcelona, pues hace pensar que se reunirán pronto con el presidente blaugrana para ver como pueden llevar al nórdico a Cataluña. Sin embargo, no todo es tan color de rosa como se ve, pues las consecuencias serían muy graves.
Fórmulas para rebajar esa enorme deuda
Si bien todo eso luce estupendo sobre el papel, la auditoria arrojó que si se cumplen esos dos supuestos el equipo presentaría pérdidas de más de 350 millones de euros esta temporada y la próxima sería un poco menor, pero la cantidad también sería importante; solo tras la campaña 2022-2023 los beneficios comenzarían a verse. Esto quiere decir que la deuda aumentaría irremediablemente y eso no parece ser lo que le conviene a un Barcelona cuya deuda asciende a los 1.173 millones de euros; eso al menos en las cuentas de Bartomeu, porque con al auditoria de Laporta incluso esa cifra podría haber aumentado. No obstante, el presidente del conjunto azulgrana tiene experiencia y sabe mucho de esto; por lo que no se arriesgaría a perjudicar mucho más al club sin tener algo bajo la manga y eso es precisamente lo que demostrará con algunas medidas.
A pesar de que las cuentas salieron mal, Laporta no quiere rendirse y es optimista pese a los problemas económicos; además confía en poder jugar un poco con la deuda y alargarla lo más posible que se pueda, dentro de la legalidad claro está. Sin embargo, no se quedará de brazos cruzados y uno de sus planes implicaría hacer algunas ventas que frenen un poco el impacto. El problema es que solo algunos jugadores costosos con varios años en el club, como Dembélé, o jóvenes valores de la cantera, como Ansu Fati, son los que le reportarían beneficios, y ahora no quieren perderlos; aunque con otros como Griezmann se podría hacer alguna maniobra para venderlo y no perder tanto dinero, pero como no cuenta para Koeman su salida no dolerá. El plan ya está trazado y Laporta hará lo posible para cumplirlo sin dañar al club.