El FC Barcelona ha entrado en una etapa más positiva gracias al nombramiento de forma definitiva de Joan Laporta como presidente de la entidad catalana. Luego de luchar contrarreloj para conseguir el aval mínimo que le permitiera certificar su victoria en las elecciones del pasado 7 de marzo, el nuevo mandatario del club blaugrana ya puede trabajar con total normalidad en los problemas profundos, institucionales y deportivos, que la nefasta gestión de Josep Maria Bartomeu dejó tras su paso. Cierto es que la actualidad no es muy placentera, tras perder la final de la Supercopa de España y recientemente caer eliminados de la Champions League; pero que el juego del equipo haya crecido, que se accediera a la final de la Copa del Rey y que ya Laporta esté en el cargo, son motivos que llenan de esperanzas a una afición que sabe que vienen tiempos difíciles.
La verdad es que la situación en LaLiga Santader, en la que están a cuatro puntos del Atlético de Madrid, invita a la esperanza; no obstante, si bien Laporta y Koeman trabajarán para tratar de salvar lo mejor posible esta temporada, lo cierto es que ambos ya tienen la vista puesta en la próxima campaña, sobre todo el nuevo presidente que ya está viendo de primera mano los problemas que deberá afrontar. Uno de los puntos claves será como reforzar el vestuario y para eso se necesita un dinero que el club no tiene, más que nada por esa enorme deuda que pesa sobre sus hombros; sin embargo, la fórmula para resolver eso es muy sencilla y complicada a la vez: el equipo debe vender algunos jugadores, pero el problema es que esas ventas serán muy difíciles de pactar tal y como está el mercado.
Un pobre rendimiento dificulta sus salidas
Esta claro que hay varios jugadores que destacan en la rampa de salida; la cosa es que todos resaltan por el pobre rendimiento deportivo que han mostrado en su estancia en el Barcelona y eso no hace más que poner casi imposible sus salidas. Entre los futbolistas que sobresalen en este apartado, según ‘Marca’, se encuentran: Martin Braithwaite, Antoine Griezmann, Miralem Pjanic y Philippe Coutinho. Pese a que se puede asumir con total seguridad que deberían tener un gran cartel, dado su estatus y sus carreras; lo cierto es que desde sus respectivas llegadas al Barça no han cumplido con las expectativas que se esperaba de ellos, así que parece muy complicado que Laporta encuentre a varios equipos dispuestos a arriesgarse con jugadores que a leguas se ve que no han funcionado en un conjunto de élite como lo es el blaugrana.
Para la mayoría no es un secreto que los cuatro han fallado. Al danes se lo trajo como repuesto a mitad de la temporada pasada para tratar de palear una carencia en ataque y desde su llegada no ha mostrado un poder goleador que invite a quedarse con él. El francés ha sido una decepción total, porque llegó como estrella desde el Atlético y no ha justificado aún tal estatus; así que muy lejos está de comer en la misma mesa que Messi y Cristiano, tal como llegó a decir. Pjanic entró en ese trueque para salvar las cuentas que hizo Bartomeu y aunque lo justificó como la llegada de un jugador que rendiría de inmediato, hasta ahora no ha podido ni ganarse la confianza de Koeman. Coutinho ha sido una gran decepción, porque comenzó bien hasta que su bajo nivel y las lesiones lo dejaron fuera.
Laporta debe pensar en la crisis económica
Lo deportivo es vital a la hora de encontrar razones para que un equipo se arriesgue y trate de fichar a alguno de estos cuatro. Sin embargo, Laporta deberá tener en cuenta que la crisis económica ocasionada por el coronavirus ha afectado a todas las escuadras en el mundo; así que será bastante complicado que alguna de ellas alcance el montó que podría exigir el Barça para amortiguar los fichajes de estos cuatro jugadores que aún no han justificado ni por asomo los enormes desmbolsos que se hicieron en su momento por cada uno de ellos. El caso de Braithwate es el el que podría costar menos; porque su llegada a cambio de 18 millones de euros, por tres temporadas, aún no está amortizada pues faltan unos 12 millones de euros para eso. Esa cantidad es menor, pero difícil de cubrir con un jugador que nadie quiere.
Con Griezmann pasa algo similar, debido a que llegó por 120 millones de euros y faltarían por amortiguar unos 60 millones de euros; por un jugador de la talla del francés esa cifra sería asumible, pero dado su mal rendimiento se ve difícil que alguien ofrezca eso. Lo de Pjanic tampoco es mucho mejor, porque con solo una temporada en el equipo, con un contrato de cuatro años, todavía debe justificar 45 millones de euros de los 60 millones de euros en los que fue valorado su fichaje. En el caso de Coutinho los cálculos no salen ni con un traspaso, pues esos 160 millones de euros que costó no han quedado saldados; así que en su caso una cesión a un equipo que se encargue de su ficha es la mejor opción. Laporta tiene mucho trabajo y estás ventas serán todo un quebradero de cabeza para él.