Deliciosas, rellenas, esponjosas, dulces y delicadas; esto es poco para lo que disfrutarás cuando te expliquemos cómo hacer unas ensaimadas caseras en la Thermomix, simple y respetando los tiempos de levar, eso sí; pero no solo esto, le daremos una hojeada a la historia de este tradicional postre europeo, porque siempre es bueno saber de dónde proviene y cómo se logró confeccionar en la historia.
Un dulce de más de 2.000 años de historia
Historiadores creen que las ensaimadas se originaron en el siglo V a.C en Atenas, de una civilización bastante cultivada en la antigüedad; de hecho, Zimites el Pastelero, un maestro clásico de la gastronomía y uno de los siete maestros gastrónomos de la antigüedad, que pasó a la historia por recetas maravillosas de pastelería, es uno de los que se recuerda como exponente de la receta.
Entre los inventos de la época se ocurrió moldear la masa y rellenarla, untándola con miel; y entre el relleno estaba el queso de oveja y las frutas confitadas; luego se introducía en el horno en un lecho de hojas de laurel para luego comerse fría; como vemos, más de dos mil años de historia, aunque ha evolucionado algo con el tiempo.
¿Qué significa la palabra “ensaimada”?
Este nombre con el que actualmente se conoce este postre, nace de la palabra “saima” que significa “grasa” en mallorquín, que es un término afín al castellano saín del siglo XIII; y denomina la gordura o grasa animal; viene del latín “sagina” o “sagimen” que es manteca, bien en estado líquido o para untar; al untado para la masa se denominaba saimar o ensaginar, lo que daba un resultado hojaldrado.
En la edad media pasó a diferentes países y los italianos la llamaron bracciatelli; los franceses, pretiole; y así, nombres que han sugerido esponjosidad y blandura; para comerlos en banquetes, después de una rica cena y en celebraciones; así por ejemplo en Alemania, la receta que llegó en siglo XIII y generó a los famosos pretzels; pero también se conoció en Noruega, Inglaterra y Suecia.
¿Qué es de la ensaimada mallorquina?
Del mismo origen que el resto de Europa, la mallorquina es un aporte a la vieja receta, y como reza el dicho: “Antes de que hubiera harina, ya existía la ensaimada mallorquina”, la cual empezó siendo una golosina en Baleares, Cataluña y Valencia, y luego se extendió a otros pueblos españoles.
Elaborada del grano de trigo nuevo, mezclada con huevos, azúcar, manteca o saima; y con un proceso cuidadoso de fermentación de la masa que se levaba a base de levadura y se extendía a rodillo de madera, hasta que las capas fuesen como hojas de papel.
Estas hojas se enrollaban sobre el molde de una lata en forma de espiral o barquillos y se rociaban con un sifón para prevenir las costras en la superficie, metiéndose luego al horno a temperaturas constantes, y al salir habían aumentado tanto el volumen que eran la delicia de todos.
Fue tal el éxito obtenido que estas no tardaron en ser objeto de comercialización; y ya para el siglo XVII no solo era del consumo de la gente pudiente, también de todos los que lograban hacerse de la receta; así, la fama de un dulce tan delicado se extendió hasta lo que es hoy, que no se concibe el regreso de un viaje a las Baleares sin la consabida caja de ensaimadas mallorquinas.
De hecho, hay una anécdota que manejamos muchos, cuando Joan Miró se presentó en casa de Pablo Picasso en el año 1920 con una ensaimada de 40 centímetros de diámetro, que la madre de Picasso había pedido a la madre de Miró le enviara a su hijo si éste, Joan, viajaba a Francia; ambas madres muy amigas; y algo que se dice, que consolidó la amistad de los dos artistas.
Ingredientes para las ensaimadas
Vamos a describir una receta que nos rinde para 8 ensaimadas caseras en la Thermomix; pero nos fijaremos bien en el procedimiento y en los tiempos, ya que necesitamos que leve adecuadamente la masa, para obtener esas deliciosas creaciones de harina que nos dejarán con la boca abierta.
- 70 gramos de huevo; y para esto cascamos dos huevos completos, los batimos y pesamos, y tomamos exactamente los 70 gramos.
- 50 gramos azúcar.
- 50 gramos agua o 50 cc, casi dos onzas.
- 230 gramos de harina de fuerza.
- 15 gramos aceite de oliva o de girasol, es decir, cualquiera de los dos.
- 10 gramos levadura húmeda.
- 100-150 gramos manteca de cerdo que esté a temperatura ambiente.
Preparación
En el vaso de la Thermomix se colocan los huevos, el agua y el azúcar; y se programa a una velocidad 5 por 15 minutos; pasado este tiempo le agregas la harina y vuelves a programar por 8 minutos a velocidad 6, con el vaso cerrado y tipo espiga; ahora bien, cuando falten 2 minutos para que se cumpla el tiempo de los 8 minutos, le agregamos la levadura desmenuzada por el bocal del vaso.
Luego incorporamos el aceite y volvemos a programar por 2 minutos, con el vaso cerrado a velocidad de espiga; y al terminar el tiempo, dejamos reposar por 10 minutos; aquí nos quedará una masa brillante.
Por otro lado, untamos la superficie en la que vamos a trabajar con harina o aceite; y dividimos la masa en porciones; en este caso, en 8 porciones de 80 gramos aproximadamente; para esto, vamos a estirar con el rodillo luego de darle forma rectangular; y ya estirada, la untamos con manteca de cerdo, sin llegar a los bordes.
La enrollas, y verás que es una masa muy elástica como para crear cordones de unos 60 a 70 cms pasándole la mano y estirando; y ahora, las colocas en una bandeja que previamente has forrado en papel engrasado o vegetal, enrollándolas en forma típica sobre su eje, dejando un espacio entre ellas para que al levar se junten, pues de otro modo solo subirán y no crecerán hacia los lados.
El reposo obligado
Por último, hay que dejar reposar la masa durante unas 8 a 10 horas en un lugar cálido y libre de corrientes de aire, por lo que recomendamos dejarla dentro del mismo horno apagado; y pasado este tiempo, puedes hornearlas a 180 grados centígrados durante 15 a 20 minutos; te encantarán tus ensaimadas luego de decorarlas con azúcar en polvo.