El Museo Reina Sofía ha iniciado la reorganización de su colección desde finales del XIX hasta la actualidad «de una manera mucho más líquida», toda vez que se culmine la ampliación de espacio –contará hasta con seis plantas de dos edificios– y recolocación de obras previstas para finales de 2021.
El director de la pinacoteca, Manuel Borja-Villel, considera que esta reorganización supondrá también un cambio futuro en las exposiciones del museo, en especial respecto a las grandes muestras. «Nosotros somos muy grandes y tenemos todavía capacidad de crecimiento, pero lo que no va a haber es una programación dirigida al turismo, se van a cambiar los usos», ha incidido.
Se ha terminado la gente que está en los sitios y no sabe ni dónde ha estado. Ahora habrá algo de ritmo más lento y la investigación va a tener protagonismo. Hay momentos durísimos, emotivos y que son de reflexión. Los museos tienen una obligación, que es la de recuperar ese tiempo y espacio que habíamos perdido», ha añadido.
Borja-Villel ha explicado que la colección se distribuirá entre las cuatro plantas del edificio Sabatini y dos de la ampliación del edificio Nouvel. En ellas, habrá una distribución de obras por temáticas y no a la manera lineal de generaciones o grupos pictóricos tan habitual en los museos.
«En esta nueva organización, los artistas no tienen un momento determinado, se reinterpretan en otros momentos. La historia no va a ser lineal y se producirán saltos: por ejemplo, en un artista al que tal vez uno está acostumbrado a verlo en los años 60 e igual aparece en los 80», ha matizado.
Así, Borja-Villel ha adelantado que la organización de la colección «va a ser mucho más líquida» y podría incluso ir cambiando a medida que vayan surgiendo nuevos movimientos. «Queremos ser honestos con el hecho de que toda historia es una construcción, que de repente eso nos obligue a reconsiderar algo que ya tenemos hecho», ha adelantado.
A la colección se le van a ir sumando piezas adquiridas en los últimos años que permitirán abordar nuevas temáticas: desde el exilio, pasando por Latinoamérica y la condición contemporánea de emigración, hasta la ecología e incluso «lo cyborg», el 15-M, lo trans o el asalto al Capitolio.
En cualquier caso, el director del Reina Sofía ha matizado que siempre será «un museo de arte» y que, por lo tanto, las obras «tienen una lógica que no tienen por qué ilustrar el mundo». «Pero si a los artistas les preocupan unos temas, sí que creo que de algún modo deberán estar presentes», ha señalado.
También habrá un incremento de mujeres artistas –Borja-Villel ha confirmado a artistas como las agrupadas en ‘Las sin sombrero’, como por ejemplo Maruja Mallo–, al tiempo que ha confirmado que habrá ausencias de algunos nombres relevantes. «La colección no puede ser Funes el Memorioso y va a faltar gente, obviamente», ha destacado.
EL ‘GUERNICA’ SIGUE
La obra que sin embargo sí seguirá en el mismo sitio será el emblema de este museo, el ‘Guernica’ de Picasso. «Es una pieza central y ésta sí que no se cambia», ha confirmado Borja-Ville, quien también ha hecho mención a las recientes adquisiciones del Museo del Prado con obra de María Blanchard y el futuro del cuadro.
«Es una cuestión de sentido común y aquí hay ya una comisión mixta para estos temas. Mientras que estemos todos de acuerdo…de hecho, nosotros hemos tenido obras de Goya. ¿Cuándo empieza la modernidad y cuándo se acaba? Lo importante, más que los nombres, es que se hagan bien las cosas», ha apuntado.