La reducción del número de empresas en el sector de la hostelería y en las actividades artísticas y recreativas ha superado el 8% desde el inicio de la pandemia, según datos del Banco de España, que recoge la estadística de Empresas Inscritas en la Seguridad Social.
De acuerdo con estos datos, el número de empresas activas en la Seguridad Social había disminuido en febrero de 2021 en casi 50.000 con respecto al nivel de febrero de 2020, lo que, en términos porcentuales, supone un descenso del 3,6%.
La mayor caída desde el inicio de la crisis, de casi un 8%, se observó en abril, según apunta el Banco de España en un documento titulado ‘La creación y destrucción de empresas desde el inicio de la pandemia’, en el que indica que en los meses posteriores a abril del pasado año tuvo lugar una «moderación significativa» en el retroceso del número de empresas, al compás de la desescalada.
Sin embargo, en consonancia con la evolución de la actividad, ese comportamiento relativamente más favorable perdió empuje a partir de los meses de verano, estabilizándose los descensos en sus niveles actuales.
Por ramas de actividad, los descensos «más acusados» se han observado en los servicios más directamente perjudicados por las diferentes medidas de contención de la pandemia. En concreto, la reducción del número de empresas con respecto al nivel precrisis supera actualmente el 8% en la hostelería y en las actividades artísticas y recreativas.
Asimismo, se observan también pautas «muy dispares» por comunidades autónomas, con una disminución del número de empresas mucho mayor en determinadas regiones, como las insulares, con caídas del 6,7% y del 6,6% en las Islas Baleares y en Canarias, respectivamente, en consonancia con el mayor peso en su estructura productiva de las actividades de servicios más afectadas.
LA MENOR DESTRUCCIÓN, EN LAS EMPRESAS DE MENOS DE 10 EMPLEADOS
En cuanto al impacto de la destrucción de empresas según el tamaño de las mismas, al contrario de lo que podría pensarse, la menor destrucción de empresas se habría producido en las más pequeñas de todas, las de menos de 10 trabajadores, y sería solamente a partir de ese umbral cuando se observa una relación inversa entre el tamaño de las empresas y su tasa de desaparición desde el inicio de la pandemia.
En concreto, el número de empresas activas de entre 10 y 49 trabajadores ha descendido hasta febrero casi un 6,7%, frente al 3,6% en el caso de las que tienen 250 o más trabajadores.
Además, el Banco de España destaca que una parte de esa brecha tiene que ver con el hecho de que el tamaño medio de las empresas sea mayor en el caso de las que operan en las ramas cuya actividad se ha visto menos dañada por la crisis. Así, la presencia de empresas de mayor dimensión es más frecuente en las manufacturas o en el sector energético, menos golpeadas por la crisis.
En términos de las tasas medias correspondientes a años naturales, el descenso porcentual observado en el número de empresas en 2020 fue inferior al de los dos primeros años de la crisis anterior (2008 y 2009) y comparable al de 2012, a pesar de que la caída de la actividad fue mucho mayor el pasado año.
IMPACTO POSITIVO DE LAS MEDIDAS ADOPTADAS
Esta diferencia podría estar reflejando, según la autoridad monetaria, la distinta naturaleza de ambas crisis en dos dimensiones relacionadas entre sí: su origen, asociado a la acumulación de desequilibrios en la recesión anterior y exógeno en la actual, y su grado de persistencia, que en principio debería ser menor en esta ocasión.
«En suma, el considerable retroceso en los indicadores del flujo de destrucción de empresas desde el inicio de la pandemia resulta un tanto contraintuitivo, frente a lo que cabría esperar en un período recesivo», subraya.
A la vista de estos datos, el Banco de España asegura que este menor impacto en la desaparición de empresas del que cabría esperar podría explicarse por los efectos de las medidas de apoyo adoptadas por el Gobierno, por lo que asegura que dichas medidas habrían sido «efectivas para preservar el tejido productivo».
MANTENER LAS AYUDAS Y ENFOCARLAS HACIA EMPRESAS VIABLES
No obstante, advierte, por un lado, de que la prolongación de la crisis sugiere la conveniencia de «extender las medidas en el tiempo» en el caso de las empresas viables, reorientándolas además desde la liquidez a la solvencia, en línea con las medidas aprobadas el pasado viernes por el Gobierno, que incluyen una línea de ayudas directas por importe de 7.000 millones de euros, y hacia empresas de los sectores más afectados por la crisis que, aunque viables económicamente, presentan problemas de solvencia.
Por otro lado, el Banco de España pide a las autoridades que permanezcan «vigilantes» para evitar que las actuaciones de política económica «dificulten» el proceso de transferencia de los recursos de la economía hacia sus usos más eficientes, «como ocurriría si las medidas contribuyeran a retrasar la salida del mercado de las empresas que no son viables».
En este sentido, indica que la transposición de la directiva comunitaria sobre insolvencias al ordenamiento jurídico español debería ser aprovechada para fomentar las vías preconcursales y evitar la congestión de los juzgados competentes, una vez expire la moratoria concursal, así como con el fin de implementar mecanismos para la liquidación ágil y eficiente de las empresas inviables.