- La bodega boutique Cepa 21, asentada en la Ribera del Duero, presenta una nueva añada de su buque insignia.
- Cepa 21 2017 procede de un año atípico en lo climatológico que ha dado como resultado un vino de equilibrada acidez, fresco, con un tanino de extraordinaria calidad y con los aromas de la uva Tempranillo muy marcados.
Enclavada en el corazón de la Ribera del Duero, en un edificio de singular arquitectura que domina un paisaje de cincuenta hectáreas de viñedo propio, Cepa 21 es una bodega boutique que apuesta por elaborar vinos modernos, asentados en la tradición vinícola de la zona, pero acordes con las tendencias actuales. Su nombre, de hecho, es toda una declaración de intenciones, ya que sus tintos son vinos de pura cepa, fieles a la variedad y al terroir del que proceden y diseñados para despertar las emociones del consumidor del siglo XXI.
Cepa 21, buque insignia de la casa, se elabora a partir de uvas seleccionadas de un viñedo situado a gran altitud y con orientación norte, en el que la exposición, el clima y el suelo presentan las características idóneas para una uva de calidad excepcional. La de 2017, además, fue una añada atípica en la Ribera del Duero desde sus comienzos, con temperaturas anormalmente altas al inicio de la primavera que provocaron una pronta brotación. Las heladas de finales de abril afectaron a los viñedos reduciendo considerablemente su producción y aumentando la concentración de matices, mientras que el verano, seco y caluroso, favoreció la regularización de la planta y una vendimia temprana.
Cepa 21 2017, un vino fuera de lo común
Tras su envejecimiento en barricas de roble francés, Cepa 21 2017 llega ahora al mercado con una personalidad fuera de lo común. Refleja todo el potencial de la uva y presenta el equilibrio perfecto entre tanino, acidez y frescura; algo que, para José Moro, presidente y fundador de la bodega, «es lo que distingue a los vinos de calidad insuperable». Nada más servir el vino en la copa llama la atención la viveza de su color, rojo cereza picota con ribetes granates, que demuestra que el vino ha aguantado muy bien su paso tanto por barrica como por botella, dando una idea de su enorme potencial de guarda. Esa viveza es también augurio de la intensidad que va a manifestar en nariz y en boca.
En la fase olfativa es muy atractivo, lleno de matices, de gran finura y complejidad. Predominan los varietales del Tempranillo y destaca sobre todo el equilibrio entre la frescura y la madurez de la uva. El paso del tiempo en barrica ha servido para perfilar la finura y la frescura natural del vino, pero la madera apenas se percibe, ya que se integra perfectamente en el conjunto aromático quedando en un segundo plano, dando soporte y haciendo destacar la personalidad de la uva con sutiles toques de especias y balsámicos. En boca, Cepa 21 2017 se muestra estructurado, potente, de tanino pulido pero persistente, con una acidez equilibrada, propia de los vinos que proceden de uva cultivada a gran altitud, y un postgusto largo que deja un gran recuerdo e invita a volver a beber.
Sobre Cepa 21
Situada en el pueblo de Castrillo de Duero, en Valladolid, Cepa 21 tiene como objetivo elaborar vinos de altísima calidad y cuidar al detalle todos los elementos que intervienen en la vinificación: desde la selección del terruño y la uva hasta un control pormenorizado de los procesos en viñedo y en bodega. El edificio, elegante y sobrio, está perfectamente integrado con el paisaje y equipado con la más moderna tecnología. Por su situación geográfica, domina un paisaje de cincuenta hectáreas de viñedo propio plantadas con cepas centenarias de la variedad Tinto Fino, una de las más puras del clon Tempranillo. Suelos propios de Ribera del Duero, altitudes y pendientes y una filosofía de trabajo que no utiliza ningún tipo de producto residual en la plantación dan como resultado vinos con toda la tipicidad de Ribera, eso sí, pasada por el crisol de la revolución vitivinícola de los últimos años.
Pertenece, además, a la bodega Emilio Moro, cuyo origen se remonta a 1891, año de nacimiento de su fundador, don Emilio Moro, en Pesquera de Duero (Valladolid), enclave privilegiado de la Ribera de Duero rodeado de viñedos. Emilio Moro, abuelo de los actuales propietarios, enseñó a su hijo el amor por el vino, y este, a su vez, lo transmitió a sus hijos.
Tercera generación
Tras tres generaciones, José y Javier Moro se hacen cargo de la bodega que actualmente posee unas 200 hectáreas de viñedo propio, plantadas e injertadas con un excelente clon de Tinta Fina recuperado de sus viñas más viejas. Algunos de sus pagos más conocidos son Resalso, plantado el año en que nació Emilio Moro (1932), con suelos profundos y frescos; Valderramiro, con los vasos más antiguos de la bodega y la cuna de su gran vino de pago, Malleolus de Valderramiro; Sanchomartín que, con unas excelentes condiciones de maduración, ofrece vinos tánicos y de marcada acidez, ideales para la crianza; y Camino Viejo, donde nace Malleolus.
La gama de vinos engloba también Emilio Moro, buque insignia de la bodega, y La Felisa, su vino ecológico y sin sulfitos añadidos. La familia Moro posee, también en la Ribera del Duero, Bodegas Cepa 21, que engloba las referencias Hito, Hito Rosado, Cepa 21, Malabrigo y Horcajo. Además, elabora los Godellos La Revelía, El Zarzal y Polvorete, fruto de su desembarco en El Bierzo. Con un precio de 17,95 €, Cepa 21 2017 es una opción perfecta para agasajar a tus invitados o quedar de cine en una cena con amigos. Todo un vino que no te puedes perder.