Amamos los frutas, y esta que es la temporada de la fresa, no podemos dejar pasar la oportunidad de ofrecerles el secreto para su conservación entre otras cositas sobre esta deliciosa fruta. Por ello queremos ayudarte a aprender a mantener tus alimentos frescos más tiempo.
Temporada de la fresa
De marzo a julio podemos ver en nuestras fruterías este sabroso fruto rico en minerales, ácido fólico y vitaminas como la E y la C. Se trata de una fruta que podemos utilizar en multitud de recetas y formas como granizados, batidos, jaleas, mermeladas o en gelatinas, guarniciones, ensaladas, salsas y vinagretas. Y tiene que conservar la fruta para que dure más.
Uso en la cocina y fuera de ella
Son muchos los usos que pueden hacerse con la fresa en la cocina. Además de consumir las fresas al natural, añadiéndoles si se desea zumo de naranja, nata, leche o yogur, podemos elaborar multitud de recetas con fresas, como ricos y ligeros pasteles, macedonias, mermeladas, licores, batidos, o helados, por ejemplo.
Y no debe olvidarse que la fresa también se puede utilizar como el ingrediente estrella para hacer salsas, tanto dulces como saladas, que acompañen a la carne o al pescado. Pero el uso de la fresa no se encapsula solo en la cocina, esta fruta es muy usada en el cuidado de la piel, formando parte de muchos productos estéticos, así como es la base para muchas mascarillas.
Un tanto delicadas
Las fresas son un producto muy delicado que hay que conservar y tratar con mucho cuidado para alargar su vida y comerlas en perfecto estado. A continuación, vamos a tratar de darte los mejores consejos para su preservación.
Reglas de oro para la conservación
El primero es el de evitar el plástico a toda costa, este elemento impide que respiren adecuadamente ayudando a la formación de moho, mucho mejor tenerlas en un recipiente aireado. El segundo consejo es siguiendo la tendencia de mantenerlas aireadas, por lo que deberás colocarlas extendidas y no amontonadas en el recipiente que las conserves.
Dato curioso
Algunas frutas siguen madurando después de la recolección y otras no. Las fresas son de las que dejan de madurar, por eso se pudren en pocos días y no tenemos mucho margen para hacer algo con ellas.
Secreto #1: Siempre en el frigorífico
Parece básico, pero es importante recordar que en cuanto lleguemos a casa tenemos que guardar las fresas en el frigorífico, de lo contrario de un día para otro ya estarán medio pochas e incluso algunas empezarán o podrirse.
Secreto #2: Nada de agua
El agua también puede acelerar ese proceso de putrefacción. Por ello, tal y como te hemos explicado en esta sección en alguna que otra ocasión, en general, la fruta no se debe lavar antes de guardarla, sino que debemos limpiarla justo en el momento antes de comérnosla. Para absorber la humedad de la fruta, puedes guardarla sobre un recipiente con papel de cocina.
Del mismo modo, si una fruta tiene moho lo mejor es separarla del resto para que no se extienda. Y en el caso de las fresas, también.
Secreto #3: Las hojas no se quitan
Las hojitas de las fresas no hay que quitarla (está norma también puede aplicarse al resto de frutas). Si dejamos las hojas se mantendrán más frescas. Así que, tal como pasa con el lavado, dejaremos el proceso de cortar la parte verde para antes de consumirlas.
Secreto #4: Desechar las fresas con moho o dañadas
Como ya habíamos mencionado las fresas son muy delicadas y aunque acabemos de comprarlas puede que alguna ya empiece a tener algo de moho. Lo ideal es desechar esas fresas, cortar la parte dañada y consumirlas en las siguientes horas. Lo importante es no guardarlas con el resto para que no afecte a las demás.
Secreto #5: Un recipiente amplio, ventilado y sin amontonar
Si las colocamos en un recipiente amplio donde podamos colocarlas de forma ordenada y sin que se toquen entre ellas conseguiremos que se mantengan en buen estado por más tiempo. El recipiente debe de estar cerrado con una tapa transpirable o con papel film y unos pequeños agujeros.
Secreto #6: Papel de cocina
El mismo recipiente anterior, amplio y ventilado puede ir forrado, al menos en la base,con papel de cocina que absorberá parte de la humedad de las fresas. No es imprescindible, pero puede ayudar a que aguanten un poquito más. Si vamos a tardar en usarlas podemos darles la vuelta al menos una vez.
Secreto #7: El famoso truco del vinagre
Cuenta la leyenda que si lavamos las fresas con una solución de tres partes de agua por una de vinagre, las secamos muy bien y seguimos todos los pasos anteriores, las fresas durarán hasta una semana casi perfectas en el frigorífico. Nosotros somos más partidarios de guardarlas directamente siguiendo los pasos previos y no esperar a usarlas tanto tiempo, pero es una opción si realmente necesitamos conservarlas tantos días.
Secreto #8 Congelar antes que tirar
Si a pesar de todo pasan los días pasan y no hemos podido hacer nada con nuestras fresas siempre podemos congelarlas. No nos servirán para comer como fruta sin más, pero sí pueden ser muy útiles para algunas recetas o incluso para hacer zumos o batidos. En caso de congelarlas sí podemos lavarlas previamente, quitar la parte verde y cortarlas a nuestro gusto. Después solo tenemos que guardarlas en un recipiente o bolsa hermética.
Una buena elección puede ser la clave
A la hora de comprarlas se recomienda escogerlas bien, y preferiblemente en temporada. En este sentido, es importante optar por aquellas que presenten un color uniforme rojo intenso, y sin ninguna parte blanca –indica que la fresa no está del todo madura y puede estar demasiado ácida–.
En cuanto a las hojas, si el verde ha perdido intensidad y amarillea desvela que la fruta no es fresca. Además, su superficie debe ser firme, sin irregularidades y su aroma también debe ser intenso. Debe tenerse en cuenta es que su consumo debe ser rápido, pues su vida útil es bastante corta (como máximo aguantan dos días en la nevera). Por eso, estos secretos te ayudarán a que duren algo más con esa frescura que tanto nos gusta.