En los eventos especiales el vino es un elemento muy importante, como las cenas o reuniones. Es por esta misma razón que poder servirlo de manera correcta es fundamental. Si no tienes la menor idea de cómo hacerlo, puedes poner en práctica algunos de estos consejos para servirlo para que te quede perfecto.
Ten en cuenta no necesitas ser un experto para ello, solo es cuestión de tomar nota y poner en práctica algunas cosas.
El vino ideal para cada comida
El vino en la cocina es muy importante, probablemente muchos lo sepan, pero para cada comida existe un vino en particular o con el cual va mejor.
Los vinos blancos van con las carnes blancas, como el pescado, los mariscos, las cremas y las cremas. Los vinos rosados y blancos ligeros van mejor con los pescados blancos, aunque los mariscos y los pescados azules van mejor con los vinos blancos que posean más cuerpo.
Por otra parte el vino rosado o tinto joven es más ideal con las carnes suaves, mientras que el vino tinto añejo y con cuerpo va de la mano con las carnes rojas o de caza. Y el vino tinto de crianza con cuerpo, lo mejor son las carnes a la brasa o guisadas.
La temperatura perfecta para cada vino
Cada vino tiene una temperatura ideal para ser servido. Por ejemplo, los vinos tintos son servidos a temperatura ambiente, es por esta misma razón que se recomienda abrir una botella entre 30 minutos o 1 hora antes de servirlo, permitiendo así que pueda respirar. Pero durante el verano es más ideal sacar el vino entre unos 13° o 14°, esto se debe que al sacarlo y exponerlo a la temperatura del ambiente, el vino tomará unos 2° o 3° de manera rápida, lo cual hace que quede en la temperatura perfecta.
Los vinos blancos en cambio se sirven fríos. Los vinos más jóvenes que será para los caldos pueden ir desde los 6°, hasta los 12° que es la temperatura adecuada para los vinos más secos. Pero aquellos vinos blancos que son más especiales y poseen más cuerpo, la temperatura ideal es a los 14°.
Las copas para el vino
Algo que a muchas personas les pueda parecer irrelevante es la copa en la que es servido el vino. Pero a pesar de que a primera vista sea algo superficial, lo cierto es que el sabor del vino puede variar mucho según el recipiente en el cual sea servido. Es por ello que para saborear mejor el vino y disfrutar de este, lo mejor es usar copas de cristal fino. Esto tiene un motivo, y es que al tomar la copa por el tallo se evita que el contenido de esta se caliente, cosa que ocurriría en un vaso común y corriente.
Para cada vino, hay una copa. Por ejemplo:
- Copa tipo Burdeos: Es redondeada y poseen una boca cónica, haciendo que esta sea la más adecuada para los vinos más potentes y permitiendo que puedan oxigenarse.
- Copa tipo Borgoña: Su boca es abierta y tiene forma abombada, siendo perfecta para los vinos tintos más delicados.
- Copa de cata: Esta es una copa pequeña, ideal para la degustación de cartas técnicas y profesionales.
- Copa Flauta: La boca de esta es cerrada, lo cual permite capturar mejor el sabor y mantiene las burbujas de los vinos espumosos.
- Copa Riesling: Es estrecha y con una curvatura para que el aroma pueda ser concentrado mejor en la nariz, siendo ideal para los vinos blancos.
El descorchado del vino
Abrir una botella de vino es un arte. Para ello se debe hacer lo siguiente:
- Para comenzar se debe colocar la botella en posición vertical y, con ayuda de un cuchillo se debe cortar la cápsula que recubre la boca de la botella.
- Luego de esto, ya con el corcho a la vista, se debe introducir un sacacorchos con mucha suavidad, hasta llegar al tope pero sin romper el corcho.
- Después se quita el corcho al aplicar un poco de presión con la botella sobre una mesa, y tirar hacia arriba.
- Finalmente, con un paño limpio, se debe limpiar la boca de la botella cualquier resto de corcho que haya podido quedar.
Este es un proceso delicado, pues cualquier resto de corcho que se pueda desprender durante el descorchado, puede arruinar un buen vino.
El servicio del vino
Para servir las copas se deben seguir algunos parámetros según el tipo de vino. Por ejemplo, las copas para los vinos tintos deben ser servidas hasta la mitad, mientras que las copas de los vinos blancos o rosados se llenan solo dos tercios (2/3), esto es porque se toman fríos.
Además, para mantener la temperatura perfecta de los vinos blancos, lo más adecuado es llevarlos a la mesa dentro de una cubitera y con una servilleta de lino cubriendo su cuello. Por otra parte, los vinos de reserva o gran reserva, se deben servir con un aireador o en su defecto un decantador. Esto hace que el vino pueda respirar y oxigenarse, lo cual mejora su sabor y su aroma.
Al finalizar, lo más adecuado para conservar adecuadamente las propiedades de los vinos, lo mejor es proteger la botella con un tapón. Pero ten en cuenta que debe ser con un tapón especial que permita crear un vacío, lo cual permitirá que se elimine el oxígeno dentro de la botella y como resultado el vino no se oxide.