El SARS-CoV-2, el agente diminuto que ha cambiado el mundo

Cuando hace un año se escuchó por primera vez la expresión SARS-CoV-2 como un coronavirus que estaba provocando una fuerte gripe en China, nadie se imaginó que llegaría a invadir todo el planeta y provocaría las fuertes consecuencias que hoy conocemos: más de 110 millones de infectados y 2,5 millones de personas fallecidas en todo el mundo. Cuidarse es la clave para evitar contagiarse de la Covid-19 y a ese plan deben unirse todos.

Hablar hoy de la Covid-19 es mencionar la triste cifra de más de 2,5 millones de personas fallecidas y 116,1 millones de infectados. Es una terrible enfermedad que la causa un agente microscópico, invisible para la vista del ser humano, un coronavirus que vino a cambiar la historia. Pero, realmente ¿qué sabemos del virus SARS-CoV-2?, ¿qué tanto se ha avanzado en su estudio?, ¿acabaremos definitivamente con él gracias a las vacunas?

Son muchos interrogantes que todos esperamos tengan respuestas positivas y lleven a lo que finalmente se quiere: retornar a la tranquilidad, sin miedo a vivir la pesadilla de contagiarse y correr el riesgo de enfermarse o, peor aún, hasta de morir.

¿Qué es el SARS-CoV-2?

El coronavirus SARS-CoV-2 es un virus descubierto en China en diciembre de 2019, específicamente en la población de Wuhan, donde se reportaron los primeros casos. Aunque el origen del virus es aún desconocido, se sospecha que saltó de alguna especie animal, posiblemente de las selvas de esa región, hacia algún receptor humano, quien a su vez lo contagió a otros congéneres. El resto ya es historia.

En principio se habló de la posible ingesta de un murciélago contaminado en un mercado local de Wuhan, luego que fue a través de un pangolín; lo cierto que después de un año y varios meses después, todavía no se determinado al responsable. Incluso, se ha especulado que se trata de un virus sintetizado en laboratorios de la mencionada ciudad, y que de allí salió a la calle, pero eso tampoco se ha comprobado.

Lo complejo de este virus es que se contagia muy fácilmente y puede estar en una persona sin que la misma presente síntoma alguno; a estos casos se les denomina asintomáticos, ya que son portadores silenciosos de la enfermedad, lo cual incrementa el peligro entre la población.

Incluso, las pruebas pueden ser inexactas si se toman en el momento incorrecto, por ejemplo, si el virus se acaba de contraer, las pruebas en ese momento pueden dar negativo pese a que se tenga, y a los pocos días se pueden presentar los primeros síntomas.

Principales síntomas

La variedad de síntomas de la Covid-19 es muy amplia, pueden ir desde un simple estornudo hasta las más altas fiebres y diarreas, aunque los más comunes son tos seca, cansancio y fiebre. También pueden evidenciar la presencia del virus, los dolores de espalda, pérdida de los sentidos del gusto y el olfato, cefaleas, pérdida del cabello, conjuntivitis, cuerpo dolorido, dolor de garganta, y erupciones y alteraciones en la piel.

Los más graves síntomas son: dificultad para respirar, presión o dolores de pecho, e imposibilidad de hablar o desarrollar actividades físicas. Ante cualquier síntoma, los más recomendable es acudir de inmediato a un centro de salud para descartar o corroborar la presencia del coronavirus, y poder aplicar los tratamientos que correspondan.

Las variantes: ¿por qué surgen?

Actualmente han surgido varias variantes del SARS-CoV-2 que inciden de distintas maneras en el organismo, en diversos grados de peligrosidad, pero ¿por qué surgen esas variantes del virus?, ¿a qué se deben? Pues la respuesta es sencilla: a las mutaciones y fallos que puede realizar el coronavirus en algunas personas, transformándose en una variante que al contagiar a otro individuo, comienza su propagación.

Eso es normal en cualquier virus, lo malo es que hay algunas que toman fuerza y se quedan, como sucede con las variantes británica, brasileña y sudafricana, que han sobrevivido y están marcando nuevos territorios contagiados.

¿Qué se debe hacer?

Hay que mantener y reforzar las medidas preventivas de seguridad sanitaria, como el uso de tapabocas, lavarse las manos constantemente, usar alcohol y gel antibacterial cada vez que se pueda, mantener el distanciamiento social y desinfectar el hogar, oficinas y locales con frecuencia.

Es la única forma de mantener a raya al virus, mientras la vacuna se masifica y se logra erradicar totalmente la enfermedad. Lo cierto es que hay que cuidarse siguiendo los protocolos de seguridad y evitando salir a la calle, siendo por ahora la única vía.