La parroquia de El Carmen de Bilbao ha acogido este lunes la tercera edición del acto ‘8 marzo 8 mujeres’, en el que la Diócesis de Bilbao ha reconocido la labor de ocho mujeres y los ámbitos que representan «en este año especialmente duro» y el obispo administrador diocesano, Joseba Segura, ha apostado por «reconocer cada vez más y mejor el aporte esencial de las mujeres a la vida de la Iglesia y a toda la sociedad».
Según ha explicado la Diócesis de Bilbao, en esta tercera edición del acto ‘8 marzo 8 mujeres’ han sido homenajeadas Marimar González (coordinadora del servicio religioso del hospital Santa Marina), María del Mar Álvarez (voluntaria del comedor social Apostólicas), Lourdes Amunategi (coordinadora de auxiliares de la residencia Calzada, de Gernika), Arantza Diego (maestra en Ave María ikastetxea, de Bilbao), Jaione López (misionera en Kenia), Araitz Peña (Euskalerriko Eskautak Bizkaia), Mari Nieves Escobal (catequista de Sopuerta y cuidadora durante la pandemia) y Gracia Garijo (médica de emergencias de Osakidetza).
En su intervención durante este acto, Segura ha felicitado a las ocho homenajeadas y ha expresado que toca responder a la pregunta de si existe o no progreso moral «al mismo tiempo que todos en nuestra sociedad reconocemos el tremendo progreso tecnológico».
«En algunos casos no está claro, pero yo creo que hay un aspecto de la evolución social en el que realmente estamos progresando éticamente y este aspecto es el de la evolución del reconocimiento de las mujeres, es uno de los cambios más positivos que estamos viendo en los últimos años», ha manifestado.
El obispo administrador diocesano ha recordado su regreso de su etapa como misionero en Ecuador, cuando pudo presenciar las manifestaciones del 8M en 2018 y, según ha indicado, «tuve conciencia y aprecié que estaba asistiendo a uno de los más claros signos de los tiempos, que era un desafío no solo para la sociedad, sino también para la Iglesia».
En esta línea, ha apuntado que poco a poco «vamos descubriendo que, aunque hombres y mujeres no seamos iguales, aunque seamos distintos, las diferencias que puedan existir no justifican en modo alguno la discriminación y mucho menos el sometimiento».
«Estamos progresando», ha asegurado Segura, que ha recordado el juicio de Nevenka Fernández, la exconcejal de Ponferrada que logró la primera condena de un cargo político por acoso, del que se cumplen dos décadas. «Hace solo 20 años gran parte de la sociedad española era incapaz de darse cuenta o reconocer algo así como lo que ahora sabemos que existe que es el abuso y el acoso», ha lamentando, advirtiendo de que «hay mucho que hacer».
Segura ha recordado también que hace unos días fue galardonada en los premios Zirgari, otorgados por la Diputación Foral de Bizkaia, Lagun Artean, organización vinculada a Caritas, «por apoyar a las mujeres que son particularmente débiles y susceptibles, cuando las cosas vienen mal dadas tienen más riesgo de caer en la pobreza y en la marginalidad». «Avanzamos poco a poco en la superación de las desigualdades de género y eso es una gran noticia para todos y para todas», ha añadido.
Asimismo, ha indicado que «muchos de los seguidores de Jesús eran mujeres y tuvieron un importante papel en su grupo» y, al parecer, también «entre los que quedaron al pie de la cruz, las mujeres eran la mayoría porque muchos de los varones que estaban en el grupo habían salido corriendo».
«Yo creo que animados por ese espíritu de Jesús, de renovación y de cambio, podemos seguir aprendiendo. Queremos reconocer cada vez más y mejor el aporte esencial de las mujeres a la vida de la Iglesia y a toda la sociedad. Aporte, que, en muchos casos, ha quedado y sigue quedando sin suficiente reconocimiento», ha subrayado.
En este sentido, ha dicho a las ocho homenajeadas que representan a «una innumerable nube de mujeres anónimas que hoy», a través de ellas, «se hacen presentes» también en este acto. «Colaboremos en que, también en este tema crítico de la igualdad de género, nuestro mundo progrese con paso y con compromisos concretos», ha apelado.
La dantzari Alazne Zabala, acompañada por el txistulari José Vicente Arriola, ha bailado el aurresku de honor a las homenajeadas y el pianista Oier Vénema, estudiante de la ikastola de la red EBI (Elizbarrutiko Ikastetxeak) Begoñazpi, ha interpretado una pieza de Beethoven con la que se ha cerrado el acto en el que las ocho mujeres han recibido una lámina con el dibujo de una huella, pintada por el artista Toño Valdivieso.