El PP ha planteado en el Congreso de los Diputados la sustitución del impuesto de matriculación de los vehículos y compensar esta pérdida de ingresos para el Estado –aunque está transferido a las comunidades autónomas– con un impuesto medioambiental para gravar únicamente a los vehículos menos seguros y más contaminantes.
Este impuesto, según la propuesta que los ‘populares’ han incluido en una proposición no de ley, se aplicaría de forma gradual y tras un período transitorio.
En su iniciativa, el PP busca potenciar la renovación de vehículos más antiguos y su sustitución por otros nuevos menos contaminantes, a partir de ayudas directas y de la ampliación de los incentivos fiscales.
Concretamente, propone ayudas directas a la compra de vehículos nuevos de cero o bajas emisiones, y aumentarlas en caso de que se acompañe con la retirada de un vehículo de más de diez años y una exención en el IRPF a estas ayudas recibidas dentro de los planes de movilidad sostenible.
Esta propuesta de incentivos se acompaña con una revisión del sistema fiscal aplicado a la automoción y dirigirlo a una imposición en función de las emisiones del vehículo. Además de la reconversión del impuesto de matriculación, el PP plantea ampliar las bonificaciones en el impuesto sobre la circulación a vehículos eléctricos e híbridos de cero o bajas emisiones, tasa a cargo de los ayuntamientos.
Este plan se completa con la posibilidad de amortizar de forma acelerada las inversiones en vehículos eficientes para las flotas de las empresas.
«¿QUÉ HA HECHO EL GOBIERNO? NADA A FAVOR Y MUCHO EN CONTRA»
El PP ha trasladado esta propuesta en una proposición no de ley en la que destaca el impacto de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19 en la automoción, y unas perspectivas para 2021 que «tampoco son halagüeñas» ante las restricciones a la movilidad y el turismo, la caída en la renta, el aumento del desempleo y la elevada incertidumbre.
«¿Y qué ha hecho el Gobierno para intentar revertir esta situación? Nada a favor y mucho en contra», critican, enumerando el encarecimiento de un 5% del impuesto de matriculación –derivado de la entrada en vigor del nuevo ciclo de homologación europeo de emisiones WLTP–, así como una subida de 3,4 céntimos en los impuestos aplicados al diésel.
Según las estimaciones del sector, la menor matriculación de nuevos vehículos aumentará la edad media del parque hasta superar en 2020 los 13 años, con las consecuentes implicaciones en seguridad y contaminación, por lo que apuesta por un paquete de medidas dirigidas a revertir este envejecimiento.
Para ello, entre otras medidas, los ‘populares’ consideran necesario modificar la tributación de los vehículos, reducir el peso de la fiscalidad en la compra y reconducirlo al uso y fomentar la compra de vehículos más eficientes y limpios.