La Asociación de Municipios Vasco, Eudel, reconoce, en su declaración con motivo del 8 de Marzo, el papel de las mujeres en la provisión de cuidados, tanto en servicios públicos como en los hogares, durante la pademia. Asimismo, reivindica los «cuidados en igualdad» y apela a que los ayuntamientos lideren el impulso de políticas públicas sobre la provisión de cuidados «desde la corresponsabilidad» y atendiendo a «los diferentes impactos».
Como todos los años con motivo del Día Internacional de las Mujeres, Eudel ha elaborado un modelo de declaración institucional para los municipios vascos, que este año tiene como tema central ‘Los cuidados en igualdad. El papel de las mujeres durante la pandemia y la crisis global de los cuidados’.
La Declaración fue aprobada por unanimidad por la Comisión Ejecutiva de Eudel el pasado 11 de febrero, y ese mismo día se remitió a todos los ayuntamientos para que pudiera ser adaptada «a cada realidad municipal».
Según ha destacado la Asociación de Municipios Vascos, este texto «viene a destacar que este año correspondía hacer un reconocimiento a la aportación de las mujeres en la lucha para combatir la pandemia y sus consecuencias en todo el mundo».
En este sentido, remarca que «la provisión de los cuidados ha recaído en las mujeres, tanto en los servicios públicos (sanidad, educación, servicios sociales, comercio y alimentación…) como en el interior de las casas, siendo ellas las que se han cargado mayoritariamente de muchos de los servicios que han resultado esenciales en esta crisis sanitaria y social».
«Incluso el reparto entre las mujeres se da de forma desequilibrada, por clase social, por racialización y estatus migratorio. Por si fuera poco, en la mayoría de los casos se trata de trabajos en condiciones precarias», añade.
La declaración advierte de que «este desigual reparto, además de la sobrecarga y sus consecuencias sobre la salud y calidad de vida de las mujeres, también ha desvelado la debilidad del sistema de cuidados, profundizando en las desigualdades que ya venían existiendo».
«Nuestro modelo social hace recaer la mayor parte de los cuidados en el ámbito familiar y de forma desproporcionada sobre las mujeres, tanto los no remunerados como los remunerados, siendo minoría los que se atienden en lo público. Asimismo, las mujeres en peor situación y posición (las cabeza de familias monoparentales, las más pobres, las de colectivos vulnerables, las víctimas de violencia machista) sufren en mayor medida los negativos efectos de la provisión de los cuidados», plantea.
Por ello, reclama que «el reconocimiento social debe expresarse en forma de un férreo compromiso público para combatir las brechas de género que sostienen este reparto desigual e injusto», unas desigualdades que «se manifiestan en la precariedad de las condiciones del trabajo que desempeñan las mujeres en los servicios esenciales».
De este modo, defiende que «es tiempo de poner en su justo valor todos los trabajos de cuidado y avanzar hacia un modelo más corresponsable que genere más equidad y bienestar entre todas las personas».
El texto señala, por otro lado, que los ayuntamientos están «en primera línea para combatir la pandemia y sus consecuencias sobre las personas y comunidades» y, en este sentido, deben «liderar el impulso de las políticas públicas sobre los cuidados y su provisión, desde la corresponsabilidad pública y atendiendo a las diferentes condiciones e impactos en hombres y mujeres».
De este modo, apela a que las instituciones sigan coordinadas y abran «vías para una efectiva y real participación de la ciudadanía en las decisiones públicas, en particular de los colectivos diversos de mujeres y del movimiento feminista».
COMPROMISOS
Por todo ello, se propone que los ayuntamientos se comprometan, en el marco de sus competencias, a impulsar y liderar el debate sobre el modelo de organización social de los cuidados desde un enfoque feminista «basado en la centralidad de la vida y la corresponsabilidad social y comunitaria en el cuidado».
Asimismo, recoge el compromiso a analizar con enfoque de género la situación y necesidades de los colectivos más vulnerables y los efectos de la covid-19, y poner en marcha medidas urgentes para hacerles frente.
Entre los compromisos, también se propone el de garantizar la incorporación del enfoque de género en todas las medidas que se aprueben para paliar los efectos de la crisis del covid en materia de ayudas y programas de apoyo, así como estudiar y articular «soluciones viables» para los servicios locales de apoyo al cuidado de menores y personas dependientes, procurando o facilitando el cuidado «en condiciones dignas y justas para quien lo da y para quien lo recibe».
Incidir en los planes de Igualdad municipales de manera expresa en el empoderamiento de las mujeres, la puesta en valor de los cuidados y la corresponsabilidad de los hombres, reforzar y preservar el personal y recursos técnicos y económicos para el desarrollo de las políticas locales de igualdad y de la transversalización de género en todas las políticas locales, y apoyar a las redes comunitarias de cuidados a nivel local son otros de los compromisos que plantea.