La Comisión de Ética Judicial aconseja a los jueces que no participen en programas que puedan incitar debates acalorados o al sensacionalismo ni en medios de comunicación que no sean plurales, para salvaguardar la imagen de independencia e imparcialidad de quienes ejercen la función jurisdiccional.
«La Comisión de Ética Judicial considera poco aconsejable la participación de jueces y magistrados en programas o medios que, por su formato, puedan incitar al debate acalorado, al sensacionalismo o sean identificables por el público en general como alineados ideológicamente con una opción política sesgada y no plural», ha informado el CGPJ en un comunicado.
Así se ha expresado la Comisión al responder a una consulta sobre cómo puede verse afectada la apariencia de imparcialidad de los jueces como consecuencia de su colaboración con los medios de comunicación, cuestión que –ha recordado el CGPJ– ya ha sido abordada ampliamente y desde distintas perspectivas en anteriores dictámenes.
La Comisión, ha explicado el Consejo, parte de la premisa de que los integrantes de la carrera judicial gozan, como cualquier ciudadano, del derecho fundamental a la libertad de expresión y, por lo tanto, pueden intervenir en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Sin embargo, ha señalado que la libertad de expresión de jueces y magistrados tiene unos límites que nacen de su condición de representantes del Poder Judicial, razón por la cual sus intervenciones deben estar presididas por el respeto a los principios de independencia, integridad, imparcialidad y transparencia.
«En otras palabras, los integrantes de la carrera judicial deben ejercer su libertad de expresión con la prudencia y moderación necesarias para preservar su independencia y apariencia de imparcialidad y, con ellas, la confianza de los ciudadanos en la Justicia», ha resumido el CGPJ.
Realizada de esta manera, la Comisión ha estimado que la intervención de jueces y magistrados en medios de comunicación y redes sociales cumple una función pedagógica, la de explicar la ley y el funcionamiento del proceso judicial.
Además, ha subrayado que corresponde al juez valorar en cada caso el alcance de su derecho a la libertad de expresión, teniendo en cuenta que los ciudadanos le perciben como representante del Poder Judicial.
«DEBER DE CAUTELA»
El CGPJ ha señalado en su nota que «ese deber de cautela ha de ser aún mayor cuando la intervención del juez es requerida en determinados medios, en los que se busca el sensacionalismo o la confrontación en materias sensibles a la opinión pública».
La Comisión ha puesto como ejemplo los programas de la llamada ‘prensa rosa’, ‘prensa sensacionalista’ o de las tertulias televisivas, con grandes audiencias que «pueden desencadenar debates acalorados y poco idóneos para el matiz y en los que cualquier opinión del juez puede ser entendible por un profesional jurídico pero malinterpretada por el público en general».
En esos casos, ha advertido la Comisión, «el riesgo de que la confianza de los ciudadanos en la administración de justicia se vea en peligro es muy grande», como lo es también la posibilidad de que «puedan verse afectados los principios éticos esenciales como la integridad, independencia e imparcialidad».
Así pues, ha concluido que, la intervención de jueces y magistrados en ese tipo de medios o programas puede llegar a considerarse desaconsejable por el elevado riesgo de lesión de los principios éticos que deben guiar la actuación de los integrantes de la carrera judicial.